Sucumbí al Facebook:

miércoles, 10 de abril de 2013

La lealtad comienza por uno mismo: tarde o temprano, la verdad aflora entre la carne, la oración y la circunstancia. La justicia comienza al darse de beber la vida uno mismo para luego asegurarse que jamás hemos de tomar menos o más del vino divino. La libertad se instala al volver a ser el origen de uno mismo; luego, el territorio a conquistar será el cuerpo, después, la inteligencia. El corazón siempre es libre, son los prejuicios los que creen hacer creer lo contrario. El amor inicia con el reconocimiento de la grandeza individual y toma su cauce al reconocer con los brazos abertos la grandeza del otro: la demostración en la materia puede ser fundamental, pero es esencial primero hacer conciente el estado de amor dentro del corazón. Así, nadie sufriría por imposibles y pretéritos o subjuntivos. El respeto es trabajar todos los días por darle armonía a tus hijos (los tengas propios o no), pues lamentable será que envejezcas y sepas que lo único que has engendrado es el fango dentro del irreparable caos. La paz es relativa y tiene que ver con las estrellas.

No hay comentarios: