Me preguntan por qué no escribo en francés más seguido. No contesto. En el aire están todas las palabras que he dado en ese idioma. También sueño, canto y pienso en francés. Es parte de la oxigenación del corazón y del espíritu. De igual modo que anhelo en náhuatl o protesto en inglés. Una lengua distinta no hace un organismo más sensible. Acaso, hace a quien posee esta virtud un tanto más avezado en otras cosas no siempre traducidas.
Sin embargo, la vida debe su latido a la lengua natal. Por algo estudié letras hispanoamericanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario