El placer del placer implosiona en sus paredes, dotándole al humano la capacidad de desnudar al silencio y quedarse con él para admirar el proceso de la nota y el barullo.
El placer del placer no es un tema filosófico, es un canto que inicia en la propia lengua.
El placer del placer se constituye a sí mismo como recurso inagotable, cuando pasa de mano en mano a través de todas las historias, a través de los tiempos ya muertos.
El placer del placer es escribir estas letras, por el simple gusto del tacto de mis yemas con el teclado del "ordenador".
Retraites : l’audit de la Cour des comptes sera plus large que prévu
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Hace 2 horas
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