Amado himno solar, bienvenida tu música. He abierto las puertas de mi corazón de par en par. Muéstrame el camino.
Escribo abiertamente te quiero y no le temo al mundo, más bien, lo perdono porque ellos no saben de nuestra abierta risa. Escribo te quiero y sé que esas palabras me acotan el alma. Por vez primera el lenguaje es lerdo, habría que pedirle auxilio a tu música.
Sesenta días y ya traigo tu sinfonía adherida a mi alma.
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