La noche está para ataviarla de música, de esa que le rompe la crisma a gobernantes y ególatras, maestras suicidas y lectores de noticias lejanas. Es de noche cuando el tiempo se cumple y se unen los extremos: el entero es pleno y está exento de prisas y hologramas (un carro no es un carro sino un hombre gastando la vida sobre el asfalto). La noche está para vestirla de ecos presentes, de cantos graves para no morirla, pues la noche es el regalo que todos ignoran: su perfume es sagrado y lo sagrado es, a veces, ininteligible.
David Lappartient, candidat à la présidence du CIO, estime que les Russes
ont « vocation à reprendre une place dans le monde du sport »
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Dans un entretien à l’Agence France-Presse, le Français, qui ambitionne de
prendre la tête du Comité international olympique, est aussi revenu sur les
cons...
Hace 56 minutos
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