"No hay pena sin ley". Eso no es cierto.
Creo que es más difícil
hacer poesía sin amor. Y cuando digo amor me refiero a amar todo, incluyendo al conocimiento, ése por el que a veces nos catalogan como mártires en un mundo de artificio y sobreproducción. Naturalmente siempre aparecerá el engendrado entre dos espíritus, pero hasta ellos mismos saben que sin una meta inasible, todo amor se vuelve apenas un acto ilusorio, una acrobacia circense de medio pelo.
"No hay pena sin ley". Es mentira: conozco gentes que han vivido las penas que nacen de la entropía. Por el contrario, no conozco a poeta alguno (entiéndase que si hablo de poeta pienso en un creador absoluto) que haya podido engendrar una página sin sentir algo que eleve su consciencia al momento de crear.
No hay poiesis sin amor. En verdad que no la hay.
Rituales del anochecer
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Despacio, me desnudo sobre las sábanas blancas, me recompongo en la
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Hace 11 horas
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