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miércoles, 27 de mayo de 2015

GRACIAS

Qué les puedo decir: ESTOY FELIZ Y ME SIENTO MUY AGRADECIDA. Contar con tanto amor, sentir que reciben a tu niño con tanta alegría, comulgar con una idea llamada celebración todos en esa sala... Vi personas que tenía mucho de no abrazar, me enteré de esfuerzos bellísimos, como el de una profesora en Literatura de la UANE que rentó un camión para llevar a los muchachos a ver la presentación, o el caso de mi contadora que llegó con sus niñas, apenas saliendo de trabajar; a un amigo que vino del df y se dio la vuelta para ir a estar conmigo; a amigas echarse la brincona en sus trabajos nada más por compartir este día tan bonito; a amigos nuevos (pero que ya son parte de mi no tiempo, de mi propia eternidad), familiares, gente del área de la cultura, la comunicación y las artes que en todos estos años me han tendido una red suavecita de amor y cariño.
Recibí regalos hermosos en cada abrazo que me fue entregado con mucha luz de cada uno de los seres que estuvieron ahí para vivir un momento por el que luché muuucho tiempo. Recibí un labial y una caja de pan de pulque. Recibí también el regalo extraordinario de mi casa Radio Tecnológico Saltillo, que transmitió la presentación por radio y me dio el honor de conocer a sus directivos, así como de ver a mis compañeros congregados, echándome todas sus porras con mucho amor.
Contar con la presencia de mis dos presentadores me emocionó, y me parece que sus palabras, aunadas a tantas muestras de apoyo y alegría, fueron las detonantes de una emoción tan sublime que hasta ahorita continúa muy latente en mi corazón. Soy chillona de clóset, pero les juro que hoy sí traigo los ojos mojados de alegría.
Gracias a mi familia que hace hasta lo imposible por ayudarme a alcanzar mis anhelos, llora conmigo en mis tragos amargos y celebra con cohetes a la luna cada vez que les platico (u observan por sí mismos) que la vida me entrega episodios maravillosos, como el de esta tarde en la Sala Alejo Carpentier. Gracias a mis amigos cercanos, a mis maestros y angelitos de la guarda (uno de mis presentadores me salvó la vida, literalmente; la otra me envolvió en sus alas y me permitió tener mi libro al fin, y así podría contarles muchas historias más, pero no terminaría).
Me siento cansada, pero de un cansancio feliz, bonito, ¿saben? Es como cuando voy a bailar por horas y siento que la tierra me vibra bajo los pies para entregarme todo su amor. Iré a dormir, aunque de verdad no quisiera que este día se acabara. Por eso voy a poner toda mi felicidad en un puño de estrellas, el que sea, porque de ahora en adelante, cuando vengan las pesadillas que a veces la vida nos regala, recordaré que hay sueños lindísimos, como el que viví hoy.
Les dejo un abrazo con mi corazón.

martes, 26 de mayo de 2015

Rapsodia del Aire, hoy

Después de mucho andar, de decir demasiado y equivocarse, de no decir nada y dejar que mejor hable por ti lo que afuera quiere hablar; después de permitirle a mi silencio hacer lo suyo y volver a escribir, esta vez más desnuda y vulnerable, llega mi primer libro. Lo había presentado hace dos meses, pero para mí la presentación de hoy es la buena. Espero la compañía de mis grandes amores, los que ya no están, los que me rodean con sus brazos hasta formar una red suavecita de pura ternura, mis anhelos, mi dicha, la parte de mí que siempre ríe. No espero de mi libro más nada, él ya llegó, dándome la felicidad más bonita del año. Agradezco que haya llegado a la edad que tenía mi mamá cuando me tuvo: para mí, más que un libro, es un hijo. Por tanto, no pretendo que vengan a mí los aires de elogios que construyen casitas para las divas ni mucho menos deseo el fulgor de los aplausos acartonados. Sólo deseo que convoque a la gente que sabe todo lo que dejé para vivir mi sueño, el ser literata, el ser más amante que esclava de la poesía y la literatura. Sólo deseo que me llene de flores las horas, casi igual a cuando mi mamá iba por mí al kínder y me giraba con su falda palo de rosa, floreada, indicándome que todo estaría bien. Sólo deseo que mis muertos me perdonen y sientan lo mucho que los amo, que mis hijos no nacidos hoy me canten muy fuerte, que Dios esté conmigo escondidito en la libreta pequeñita donde hoy no escribiré nada, salvo que fue el día que soñé hace nueve mayos...

Salvo que los sueños y visiones que uno tiene de joven son realidades que se alcanzan, no importa si llegan a tus ochenta y dos años. 

A quienes lean esta entrada, y puesto que creo en la capacidad del universo de converger puntos de espacio y tiempo, ojalá bailen conmigo esta Rapsodia del Aire. Me hace el regalo de presentarlo el ser más sabio, absoluto en su sencillez y sensibilidad, noble y abierto a los defectos del mundo. Me refiero al poeta Javier Acosta, mi maestro en mil cosas, pero sobre todo en una: se viene a escribir poesía no para maldecir al mundo ni para juzgarlo, sino para entenderlo a partir del mucho o poco amor que se tenga dentro. La lectura corre a cargo de mi otro amigo Víctor Antero Flores, el también eterno rebelde que aboga por la literatura que se hace por amor y pasión, más que por ganar un premio o un aplauso de cobre. 

El oro del poeta, del escritor, no son los aplausos, son la materia viva en la mirada de quienes te leen, el tiempo a favor o en contra que te regala momentos para perdonar y escribir; para amar y escribir.


miércoles, 13 de mayo de 2015

2 años de Kaleidosónico 2

Estoy más nerviosa que Joselito el día de su primera comunión: un miércoles com hoy, pero del 2013, inicié mi viaje radiofónico, y debo confesar que ésta es una de las experiencias más gratas que tengo en la vida. No sé cuántos en verdad me escuchen ni si los duermo o no (a veces siento que me subo a la cátedra a platicarles de cosas interminablemente aburridas, pero luego recuerdo que para mí esos temas son la vida y se me pasa -como dijo la Rana René-). Amo estar en contacto con la gente, con el sonido, con las palabras pronunciadas a través de un micrófono, con su propia música. Amo la radio.
Desde chiquilla era afecta a grabar mi voz en cuanta grabadora tuviera a mano, digamos que era una cosa, no sé si argentina o de elevada autoestima, el caso es que mi papá me regaló un día del niño de 1989 una grabadora norteamericana, Phillips, roja, con la panza amarilla (era la bocina). Canté, conté cuentos, hice mis propias crónicas del mundo. Era una maravilla y sigue siéndolo, está entre esos juguetes puente que te van adivinando lo que serás de grande, por mucho que durante un tiempo me negara a hacer esto: cuando llegué a la adolescencia y estaba indecisa entre unas ocho carreras por escoger, mi padre me dijo: "Hija, hablas mucho. ¿Por qué no te haces comunicadora?". Pero yo no estaba para hablar ante la gente y supongo que por eso lo descarté y me dediqué a ser otras cosas. Sin embargo, la vocación llama, y afortunadamente me he encontrado en mi camino (gracias a Dios por ello) a amigos muy especiales que me han convertido mi sueño en realidad. Ricardo BersosaJen PlataDaniel EsquivelAlejandro Roal,Carlos Tolentino, Mario Aguirre Jr.: Gracias. Por aguantarme. Por perdonar mis comentarios apolíticos en épocas electorales (siempre es lapsus, lo juro). Por hacer de mi programa un regalo especial en cada emisión, hecho a las expectativas de mi imaginario personal. Por ayudarme a poner la música. Por grabarme a deshoras cuando no puedo ir en vivo a Radio Tecnológico Saltillo, mi casa.
A los pocos o muchos que me oyen: Gracias. Probablemente algunos piensen que mi idea es ir a adoctrinarlos en los temas de los que hablo... Si en verdad supieran la cantidad de veces que salgo con la lap y los libros bajo el brazo anonadada por el tema que acabo de descubrir, tal vez entenderían que para mí, cada miércoles a las 18 horas encuentro mi momento para conocer de la mano de los megahertz las otras caras de lo mismo, para descubrir y no dejar de asombrarme ante las maravillas que pueden hacer y deshacer los hombres.
A los autores, los vivos y los muertos: Gracias. Su vida creativa hace de mí una mujer que crea aún en este mundo, que lo ame, que agradezca estar en él.
Gracias a mi familia por todo su apoyo, desde la fonoteca de mi hermano hasta el freecorder con el que a veces me doy el lujo de desafiar a la mercadotecnia y bajo canciones que sé que mi ciudad se merece, porque en el fondo es una idealista, como yo. Y gracias a Dios por tenerme tan consentida con esta vida que vibra de nervios cada semana a la misma hora, minutos antes de empezar un nuevo mandala sónico.
Los espero hoy miércoles en mi programa del segundo aniversario.Kaleidosónico Programa Xhins, es mi regalo reversible: para ustedes y para mí. 18 horas, http://its.mx/2014/xhins/