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viernes, 31 de julio de 2009

Fugaciudad.


Escucho gotas bajando la escalera en caracol que es este sector del cielo. No sé si es la lluvia, las lágrimas de mi paralelo africano llorando por su quimera muerta, o si simplemente los tinacos de mi casa se vuelven a llenar de diez días más de rituales e inercia aseguradas.

Hoy no quiero probar a perder el tiempo. Celebremos la muerte de Julio. Amenacemos con danzarle el vientre a Agosto febril.

jueves, 30 de julio de 2009

Persuasión

Hoy es día de paseo: ¡Viajad, nubes, el universo es vuestro!

También es día de esquiar por este azul tambor.

(Intento persuadir a la lluvia: otra tarde más tirada como sapo panzarriba no puede ser en los anales de mi diminuta historia).

Un boletito

Procuro no poner la vista en mensajes oscuros, obscenos, tristes, desgarradores. Miro hacia delante siempre, como los caballos lecheros. Si un voceador se me atraviesa, cuánto lo siento: los camellones se hicieron para vender sangre y poco maíz desde esa trinchera.

Ya luego me instalo en mi flamante silla ergonómica, tan suave y acogedora como las mujeres que tengo y me acompañan. Su piel es igualita a la caoba lustrada de mi escritorio, donde firmo oficios que tapizan de incertidumbres (pero necesarias al fin: ¿luego en qué nos vamos a entretener, si no?) a mi país.

Juego al tetris porque es lo único que le entiendo. También tengo un minigolf y una caminadora: si los actos ensucian, que el cuerpo diga lo contrario.

El día se pasa volando, no sé cómo la gente se queja tanto del porvenir. Señorita, tráigame un clamato para la cruda, por favor...

-¿Otro boletito, señor?

-Y, qué más queda cuando a uno le pagan la raya...

miércoles, 29 de julio de 2009

Anuncio

Agendas Marlén: Pierda todo, olvide todo, ande en las nubes todo el tiempo, mande al cuerno todo, viva la vida, duerma despierto y luego acuéstese para soñar. Son gratis.

Atrévase a tener una, o le devolvemos su rutina intacta.

martes, 28 de julio de 2009

Anotaciones nocturnas

Me duele muchísimo el cuello. Debe ser que he dormido mal. No, debió ser porque grité cinco veces "goool" ayer...

O a lo mejor es porque mucho me temo que este triunfo tenga un tinte un tanto apocalíptico, por aquello de las visitas en tiempos futuros y del valor de la influenza en nuestro pobre país. En este sistematizado mundo nadie se va sin dar las gracias hasta suplicar misericordia...

Y si hablo como Nostradamus, es por pura diversión.

lunes, 27 de julio de 2009

El desastre con Sabaska

Creí que podría ser la tía adoptiva perfecta para Sabaska, la nueva mascota de mi hermana. Pero no. Para empezar, creo que me dio alergia su pelaje el primer día que llegó. Luego, tardé horas para conectarme con su código de necesidades primordiales: la pobre ladraba como una perrita digna de llevar a perros neuróticos anónimos y yo sólo pensaba que era parte de su adaptación al medio en el que estaba. Ya luego me di cuenta que era porque quería defecar. Lo mismo ocurrió con la hora de ir a su arbolito, pero ya me agarró menos desprevenida. De cualquier manera, mi mamá o mi hermano se encargaron de llevarla al cadalso -el jardín, por algún motivo le tiene miedo, acaso será por sus pequeñas dimensiones de cachorrita de dos meses-. Yo pasé sin ver.

Tampoco soy muy buena para reaccionar en caso de llanto canino. Mi hermano la sacó para que se acostumbrara a estar afuera de la casa, y la Sabaska de inmediato comenzó una tragedia griega en el patio de mi lavandería (y digo "mi" porque soy la única que la usa). Realmente fue divertidísimo levantarme con cuatro horas dormidas y gastritis al tener la serenata de la canuta en mi ventana (la lavandería conecta con mi cuarto). Lo peor fue verle salir una lagrimita de sus hermosos y melancólicos ojos azul cielo. Eso sí que parte almas de acero y corazones de pollo encubiertos.

Creo que para lo único que soy buena, es para tres cosas: rascarle la panza hasta hacer que se quede dormida -sea porque la relajan mis dedos o porque la que acaba dormida soy yo y ella no tiene más remedio que imitarme-, dejar que me muerda mis uñas pintadas de púrpura y no mis chanclas (comienzo a pensar que es una samoyedo adicta a las sustancias fuertes como el esmalte, el acetona y la gasolina, igualita que su tía adoptiva, o séase yo), y para cambiarle el nombre: soy mexicana y soy sarcástica, así que de Sabaska (que se pronunica Sabatchka) pasó a Chubasca y de ahí a Chubaca... y cualquier parecido con el monigote de La Guerra de las Galaxias es merita coincidencia.

Le ha molestado tanto el nuevo mote de la perrita a mi hermana que ha optado por dimitir todo intento mío por rememorar los buenos tiempos de la URSS. Así que prudentenmente ha decidido cambiarle el nombre a Candy, quesque porque suena menos mamelucón. Ah, qué caray. Pero en casa seguirá siendo Chubaca... aceptémoslo, si algo tengo es que puedo persuadir a otros de las cosas más nimias cuando estoy convencida de que pueden funcionar. Y es que la perrita está tan peludita...

Estoy muerta. Trapeé cinco veces porque me da pavor tener bichos adentro de la casa. Ahora que los he erradicado, estoy segura que también erradiqué la turgencia de la piel de mis manos y ahora parecen las de la bruja de Blanca Nieves. Vamos, Blanca Nieves, cómete esta manzanaaa.

Lo único bueno es que sólamente vendrá a quedarse con nosotros los fines de semana para comerse los huaraches de Mikarnal y para roer las cortinas de mi jefa. Y para hacer de mí un guiñapo, también.

Arriba Chubaca. Y que venga el lunes, señores.

sábado, 25 de julio de 2009

El arribo de Sabaska

Llegaste a las diez de la noche en punto del viernes 24 de julio, justo antes de darme el tiro de gracia por un día tan gris. Ya sabía que vendrías, que esa casa de dos pisos no estaría mucho tiempo sin tu vibra de samoyedo con cara de inglesa guapetona.

Y todo por Wolfy, nuestro célibe, fiel, besucón y peludo-samoyedo-ojiazul perro de cuatro años y un tercio.

Te pusieron Sabaska, porque mi hermana -tu nueva dueña- recordó que yo le sugerí ese nombre cuando por fin llegaras. No sabes lo que batallamos para hallarte, las modas perecen y las hembras de tu raza se extinguen con el frenesí capitalista. Y mi hermana, la que muestra más frecuentemente su mezcla alemán-irlandés por excelencia, se negaba a cruzar a tu futuro semental con otra perrita que no fuera de su clan.

Sabaska significa "perrito" en ruso. Lo saqué de mi película favorita, Ojos Negros... con el tiempo te darás cuenta que debajo de este ser malhablado, rebelde y valemadrista se esconde una personita que es una llorona de clóset, una nostálgica que no sabe vivir en la época en la que cayó. La protagonista tenía un perrito y le llamaba Sabaska. Su voz -la de la protagonista, no la del animalito- era tan peculiarmente agradable a mis oídos que recuerdo muy bien por qué amé esa película triste desde que tenía diez años: rezaba el Ave María con la piedad de pocas mujeres y al final -ahora lo entiendo- hizo una vida materialmente feliz e inmensamente pobre de amor recíproco.

Sabaska era la conexión entre el protagonista y su amada. A mí me suena a campo de flores de Siberia y al alterego de Alushe, el enanito disfrazado de muñeco peludito que salía con Capulina.

Tienes los ojos azules y el pelo como de helado de vainilla con miel. Dicen que no eres querendona pero a mí me lamiste las manos. Y hasta sentí que podía ser buena cuidadora de perros -siempre y cuando no te metas a mi lavandería, claro- porque tu mirada mató al dragón que llevo dentro. Ladras como si fueras Juana Gallo y me imagino al pobre de mi Wolfy convertido en tu esclavo. Pero eso es perfecto: a los machos hay que traerlos cortitos (lo cual no sé hacerlo muy bien que digamos) para que vean quién manda -los dos, claro... ¿acaso crees que soy feminista? Nah, eso déjaselo a las tontas que son inseguras con su género-. También tienes dos meses y eres de Guadalupe, Nuevo León.

Dicen que la casa donde vivirás apenas los cubre a Wolfy Cabeza de león (¿a poco no es un hermoso, guapo y felino perro blanco de ojo azul?), pero es que nada se compara con ver los sillones de mi hermana llenos de pelos -y yo quitándoselos de la ropa que le doblo de vez en cuando- y a mi cuñado sudando la gota gorda mientras los baña. Y qué decir de las gracias que harán, incluyendo cachorros que parecerán bolas de nieve en suelo seco que llegaron para quedarse.

No me extiendo más: eres un can y no sabes leer. Pero tu arribo debía quedarse grabados en los anales de este blog sinsentido, acaso porque es mío, acaso porque vivo en el postmodernismo, acaso por el clima o porque sí.

Bienvenida, Sabaska.

¡Feliz Cumpleaños, Saltillo!

Hoy 25 de Julio, día de Santiago Apóstol, Saltillo cumplirá 432 años de existir.


Es una costumbre saltillense emular las pocas cosas que se tienen a nuestro alrededor, como el clima benigno que antes caracterizaba la ciudad y que ahora nosotros mismos extrañamos. Como la Alameda que exhala ira por tantos árboles talados y otros nuevos que apenas y se pueden sostener de su raquítico e incipiente tronquito. Como el desmantelamiento de su alfombra perennemente grisácea, esa cantera que ya no está porque ahora hay un suelo falso. Como su Lago de la República, mejor conocido como el Lago de los Patos que no tiene agua y huele mal. Como la calle de Victoria que fue remodelada y ya no fue lo mismo, o la Catedral más kitsch —y la más hermosa, a ojos de una cuerva servidora— que ahora presenta paredes lisas en su fachada, bótox al barroco que dieron forma las manos de centenares de constructores, muchos de los cuales morían en las alturas, junto a las campanas sacras y sin un futuro bueno para legar a su familia.


Mi Saltillo se ha convertido en un Six Flags con tanto puente nuevo, pero hasta eso, se ven simpáticos los puentecitos. He aprendido a sortear mis paseos y mis recorridos laborales esquivando pozos de las construcciones que aún permanecen trabajando, recarpeteando o modificando el sentido de las calles. Observo los boquetes como si de una Luna se tratara, y hasta me dan ganas de decirles a los de la Nasa que vengan aquí a filmar el regreso a la Luna después de 40 años.


Pero soy sencilla: no imagino a más gente extraña que no sepa apreciar una buena tarde en una Plaza de Armas que ya no es la misma desde no sé cuándo, pero que yo la veo igual de hermosa que siempre, porque me hace sentir la misma niña de pants rosa con azul a la que le tomaron una polaroid con su familia una mañana soleada de sábado invernal. Tampoco imagino a los gringos entendiendo las pláticas extendidísimas que se observan en los cafés tradicionales y los nuevos que se han ido agregando. Ni qué decir de la posibilidad de entender una velada de guitarras entre los meses de junio y julio con la brisa de un Museo de las Aves que tiene pájaros disecados —y que procuro no ver— pero que aún suena a pisadas de soldados y a gente sapiente del Congreso Local (antes sí tenían seso a la hora de legislar). A uno que otro beso que resuena por ahí.


Saltillo es un híbrido entre la modernización muy al american style y un Centro Histórico que lo mismo tiene una casa estilo inglés que casonas hechas de cantera y adobe. Huele a fábricas por las mañanas al norponiente, a café recién tostado hacia el centro, a humo de camiones mal afinados hacia todos lados, a centros comerciales grandotes, a un Parque Madero que truena cuetes cuando inicia la temporada de los saraperos, a gente que es héroe —los bomberos de por mi casa, por ejemplo— sin que nadie les pida una camiseta autografiada por serlo.


Quiero a mi ciudad no porque haya nacido en ella, sino porque me ha costado mucho crecer en su seno. Es un lugar algo enigmático que lo mismo te acaricia un día y al siguiente no te reconoce como propio. Pero juro que en ninguna otra ciudad podría vivir este idilio como lo hago aquí. A pesar de los nombres, de las circunstancias, de las carencias, de las abundancias, Saltillo es principalmente su arquitectura sui géneris y la gente de mucho tiempo que la habita, hijos mestizos de tlaxcaltecas y españoles que lo mismo aplauden una presentación de un ballet folklórico que una presentación de baile flamenco.


Saltillo es así: música que corre en desbandada por los huecos de sus callejones y como queriendo ser jazz, Bach, colombiana, ópera, norteña, reguetonera, beatleriana, metalera y demás géneros. Tiene nombre gracioso por referirse a un pequeño ojo de agua que todavía da agua dulce, allá por el sur de la Ciudad. Y para el escritor Jesús de León, la palabra Saltillo jamás debería ser usada dentro de un poema porque rima con palabras algo despectivas. Pero yo sé que a él le suena tan bonito como me suena a mí, y no por su sonido, sino por su simbolismo: la libertad.


Siempre libre y siempre saludando quitándose el sombrero, aunque ya casi nadie lo lleve puesto. Siempre hospitalaria pero alerta por si es necesario tornarse hostil: después de todo, los chichimecas dejaron sus deidades y sus espíritus cuando vinieron a conquistarlos. Dicen que entre más uno pise el suelo de una ciudad con más fuerza se levanta la vibra del primero que lo haya poseído en una noche cualquiera, pero llena de estrellas que todavía se pueden ver.


Feliz cumpleaños, Saltillo, tierra solitaria y Edén.

jueves, 23 de julio de 2009

Todos a ver a Chuy de León hoy!

El Gobierno del Estado de Coahuila,

el R. Ayuntamiento de Saltillo,

el Colegio Coahuilense de Investigaciones Históricas,

el Archivo General del Estado de Coahuila,

el Archivo Municipal de Saltillo

y el Patronato de Amigos del Patrimonio Histórico de Saltillo



Terceras Jornadas Culturales

México, su historia desde Saltillo



Jueves 23 de julio

Mesa de trabajo matutina, 11:00 horas, Archivo Municipal de Saltillo

“Impulsando el cambio en el porfiriato”

“La prensa revolucionaria: publicaciones para la historia regional”

Jesús de León Montalvo

“Saltillo en las Postrimerías del Gobierno de Carranza y la rendición de Villa”

Rodolfo Esparza Cárdenas

Mesa de trabajo vespertina, 19:00 horas, Recinto de Juárez

“Constitucionalismo desde Saltillo”

“Política Prerrevolucionaria”

Jesús Alfonso Arreola Pérez

“El Tratado de Teoloyucan: su inicio en Saltillo”

Álvaro Canales Santos

Ceremonia de Clausura


lunes, 20 de julio de 2009

“Un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”

Dicen que un 20 de julio el hombre llegó a la Luna. Que Neil Armstrong flotaba triunfante mientras conquistaba al satélite más socorrido por los poetas y enamorados con su banderita simplona. Que fue Apolo 11 el encargado de llevar a los primeros hombres que en vivo y a todo blanco y negro describían con singular encantamiento lo que observaban a su alrededor. Que la gente (entre americanos y uno que otro rico que tenía la capacidad adquisitiva suficiente para comprarse un televisor de bulbos) se sentaron a ver cómo Armstrong, Buzz y Collins se paseaban felizmente por la piel de Selene.

Dicen que la gente creyó en la oportunidad de atravesar el umbral entre el bien y el mal: el ser humano, después de todo, ya era capaz de superarse no sólamente a sí mismo, sino también a la atmósfera y al espacio. Al creador. Ya tenían un terrenito seguro dónde emigrar cuando se terminaran este planeta.

La Guerra Fría estaba en su apogeo y no eran raras las “competencias sanas” (por emular el sentimiento globalizador) entre la desaparecida URSS y los EE.UU: los rusos mandaron a la perrita Laika a darse en la torre y convertirse en una estrella luego de que su nave explotara. Los estadounidenses mandaron a tres muchachos para que nos platicaran lo que se siente flotar en un lugar cuya gravedad es apenas la sexta parte de la que existe aquí en la Tierra.

Por tal motivo, para muchos el viaje a la Luna fue un gran fraude: se trataba de superar a los rusos sin importar la magnitud del engaño. Y el engaño para algunos está comprobado con la banderita estadounidense ondeando en un lugar donde no hay viento; con la huella profunda de uno de los astronautas que por la poca gravedad debió pesar treinta y tantos kilos y por lo tanto pisar más ligeramente, y por la cantidad de luz que permite que los detalles sean observados —dicen que en la Luna la única luz es la del Sol, lo que impediría básicamente a los astronautas ser incluso percibidos por los demás—.

Dicen también que Armstrong se aventaría aquel día su frase célebre “Esto es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Y todos renovaron sus votos al ser nuevamente confirmados en su ideología de “América para los Americanos”, de la vieja doctrina Monroe.

Pero la humanidad se salvó de saltar demasiado alto. Es más, ni siquiera saltó: cuarenta años después, varias guerras de considerable magnitud han ocurrido. El mundo está acabándose, la política es un fiasco, y hasta creemos que hay vida en Marte —o que hubo vida en Marte— para podernos consolar. El aire se torna enrarecido, la gente en todas partes ya no es capaz de platicar con los extraños. No ha cambiado nada el mundo de entonces respecto del actual, salvo que la refinadísima tecnología nos aparta físicamente los unos a los otros y nos mantiene dormidos en el status de la página del Facebook, del Messenger o de cualquiera otra actividad cibernética o uso de algún gadget... Sí, la humanidad dio un gran salto, pero en retroceso.

Si llegara a ser cierto, entonces el hombre habrá llegado a la Luna, pero al centro de su corazón no. El espíritu de hermandad y amor verdadero entre pueblos y naciones aún se torna ausente. O si no que alguien me explique por qué nadie allá afuera nos quiso cuando en México se presentó la influenza H1N1. O por qué a los hondureños les disparan soldados dejando a varios muertos en el aeropuerto donde arribaría Zelaya y ningún país salió a defender a esas personas. O por qué sigo viendo maguitos en las calles y a varias personas subiendo sus vidrios eléctricos para aislarse en su burbuja new age.

Cuarenta años y ya no volvimos a viajar a ninguna otra parte. Ni siquiera al otro lado de la luna, donde posiblemente haya un mundo como el nuestro, pero a la inversa… Con lo que me pongo a pensar que de ser cierta mi hipótesis, ésta sería la explicación verdadera al fenómeno del equilibrio en todas las cosas del universo.

Y la humanidad de este lado…

PD: En tiempos paralelos o cercanos a la lunización, los estadounidenses se abocaron a la tarea de conseguir un bolígrafo a prueba de la gravedad cero. Destinaron miles de dólares para obtener un artefacto que les sirviera de apoyo a los astronautas viajantes en turno. Mientras tanto, los rusos se conformaron con llenar sus bitácoras de viajes con un lápiz y santo remedio.

domingo, 19 de julio de 2009

Besando imágenes con luces débiles: Marionetas Orsini






Tarde de domingo de julio que no se extingue. Veo la ventana: el sol nada que baja y la soledad es indicio de que algo está mal en mi brújula, es al sur donde llueve y hace frío y todo está gris. Acá al norte llueve luz.


Ya habíamos quedado Livio y yo de ir a la inauguración del Festival de Monólogos 2009. No tengo prisa por llegar. Saltillo en domingo por la tarde (en una que no se extingue hasta pasadas las nueve de la noche) tiene minutos que duran 180 segundos. Llego y estoy sola. Le hablo a Livio. No, no es a las ocho y media, es a las ocho. Sí, acá te espero, les aparto lugar.


Hablo con Lucía, saludo a Martha y a José Luis. Todos de teatro. Por el micrófono, la voz de Joel me recuerda que en efecto, estoy en el núcleo del Teatro de la Ciudad. Ayer cantaron flamenco. Pero hoy hay teatro. Víctor me manda un mensaje y no tengo saldo para contestarle. Recuerdo al rubio de cabello asimétrico que iba hecho la raya rumbo a la cabina. De seguro que es parte de la compañía que se presenta hoy, no tiene finta de mexicano. Dan la primera, la segunda y la tercera llamada. Mi amigo Livio no llegó. Estoy sola con dos asientos separados. Al fondo, como seis o siete marionetas colgando. Dicen que la obra no es apta para niños, no sé si dirán cosas soeces las marionetas o no.


El rubio de cabello asimétrico se coloca en el escenario. No era parte del staff, sino que es el director, actor y marionetero, el protagonista de este monólogo. Rubén Orsini. Con sus dedos larguísimos hace como que pone play a una melodía. Otra vez piano. Ayer descubrí que más que el violín y las guitarras, el piano es lo que más me gusta escuchar. Le sigue el cello. Me gustó el piano, pues, porque sonaba a tarde de otoño cuando era niña. Me gusta su sonido lejano y melancólico. Ya lo voy aceptando: me gusta recitar flores porque contrarresto el sentido taciturno que me lleva a gozar la melancolía. Vuelvo a darme cuenta que estoy sola: nada mejor para dejarme ir.


Primero salió un changuito con miles de cuerdas atadas a sus dedos. Volteaba a ver a su manejador y el lenguaje corporal eran sus palabras hechas diálogo. Salió un piano pequeñito y de pronto la música cambió. El changuito comienza a tocar la marcha turca de Beethoven con una gracia que pareciera que estaba vivo. La gente, sin embargo, comenzó a reír porque les recordó al Chavo del Ocho. El changuito se aventó como tres piezas cortas, tras las cuales Orsini lo invitó a regresar a esa vieja caja de cartón donde se encontraba. El melodrama del changuito era conmovedor, por lo tierno de sus movimientos.


Se apagó la luz. Ni idea tenía que las piezas subsecuentes estarían cargadas de una emotividad extraordinaria. Apareció una tortuga-araña-vagabunda que caminaba por las piernas del titiritero, quien traía un guante blanco en su mano derecha —la mayoría de los movimientos de todas sus marionetas las hacía con la izquierda, por lo que puedo pensar que tal vez sea zurdo—, que no era sino un símbolo de la vida al funcionar como resbaladilla y de sábana que cubrió el acto final. Todavía no me daba yo cuenta que estaba frente a un maestro callado de los simbolismos, un argentino que bien pudo tener ascendencia rusa —o vivido una gran crisis económica o existencial, o tal vez ambas— porque su melancolía era tan exquisita que lindaba con la ternura, la tristeza, la risa, el ensimismamiento y la expectación.


Le siguió una marioneta tullida. Con su bracito izquierdo enyesado, su tobillo izquierdo vendado, vestido con jerga harapienta, arrugado, medio tuerto. De fondo, los acordes de la canción “What a wonderful world” de Louis Armstrong. Era Navidad. Era la miseria. Era una marioneta lisiada, como sin ganas de festejar la navidad. ¿Cómo festejarla, si entre los acordes de Armstrong sonaban los estallidos de bombas? Entre Orsini y la marioneta pusieron un pinito de alambre, todo chueco. La marioneta pulía las esferas entre sus axilas. Para ese entonces, yo ya estaba llorando. El punto cumbre fue cuando la marioneta destapa un plato y al observar que no hay nada se pone a llorar. El titiritero lo consuela haciéndole un acto de magia: le aparece una estrella. Pero la marioneta no quería estrellas, quería pan.


Otra vez se apaga el telón. Siguieron una marioneta que luchó contra la muerte bailando pero al final muere, una niña que no podía caminar y al final lo consigue, un robotito que no sabe hablar con las plantas y se le muere su flor, una mujer-abrigo rojo que le hace el amor a Orsini al compás de una canción de Calamaro y un niño que vuela pero al ver tanta oscuridad se regresa a su cajón de nubes.


Pensé que ese sería el acto final, el del niño en su cajón. Pero no. Salió una chaqueta de piel sintética color negro, con un gancho sin gancho, por donde Orsini ágilmente metió su mano para colocarse una cabeza. Era un viejito vagabundo que lo mismo usaba un brazo de Orsini para echarse la botana de la música repetitiva del disc-man, que para sacarse la cerilla, olerla, mirarla, probarla, sacarse los mocos y embarrárselos a su manejador. La gente reíamos. Era una risa profunda que salía después de la desolación de las viñetas presentadas anteriormente bajo los efectos sedantes de un par de brazos diestros, masculinos, pero que proyectaban la infancia aún no perdida pero sí dolorida por el sentido del paso del tiempo y lo que implica conocerse a uno mismo en soledad.


La música que hacía reír a esa marioneta-chaqueta de pronto paró y se escuchó una música hermosamente desgarradora. Nunca un piano había removido tanto las sensaciones de un público en un domingo vespertino como el de esas piezas. La marioneta comenzó a llorar. Sacó de su cabeza un recuerdo hecho mujer. La muñeca-mujer estaba tendida en su regazo y de pronto la vida se le acaba.


De pronto la marioneta comienza a reclamarle al titiritero, pero éste le dice que a él no le reproche nada, que le reproche a la vida. Y entonces el anciano vagabundo, solitario y temerario, le reclama al cielo. Saca su corazón y se lo pone de almohada. Envuelve a su recuerdo-muñeca-mujer y lo envuelve en un pañuelo, para luego guardarlo en el interior de su chaqueta-cuerpo. El titiritero le ofrece un bastón, y cuando el ancianito lo estira sale una estrella. Una canción argentina comienza a sonar. Habla de estrellas y soledades, y me parece que es de Fito Páez, pero no estoy muy segura. Y la marioneta se columpia por la vida, y el viento la agarra y hace de ella un orgasmo vital, un latido feliz porque sabe estar en soledad. Luego viene la muerte. Y con ello, el final.


Le aplaudí como pude, o lloraba o me ponía de pie. Rubén Orsini regresó para dar las gracias por el silencio y para decirnos que había sido un placer.


Me despedí de Lucía, Martha y José Luis. Visualicé a lo lejos a Livio con Jesé y Melina. Iba rumbo a la salida pero instintivamente me di la media vuelta, impelida por el deseo de decirle gracias por haberme enseñado el valor de la soledad a ese titiritero. No recuerdo ni qué le dije, sólo sé que le confesé que me había hecho llorar. Más tarde, ya platicando afuera con Livio, surgió la idea de ir a entrevistarlo, aprovechando que Livio debía hacer una reseña para el Zócalo Saltillo. Ahí le tomé estas fotos suyas, con la intención de captar ese niño perdido en la mancha urbana que es la metrópoli.


A Livio le dijo su página: www.rubenorsini.com.ar , pero yo no la he checado. Ni siquiera he leído el contenido del folleto. Y ahora que lo hago, entiendo más a este “monólogo mudo”, como tuvo a bien bautizarlo Livio:


“Marionetas Orsini. Este espectáculo agrupa una antología de momentos breves en las que pequeñas criaturas son manipuladas para reflejar instantáneas de la calle, nuestro hogar urbano.


“Fragmentos que rescatan lo bello en lo terrible, recreando un ensueño con caricias, besando imágenes con luces débiles. Historias livianas para que puedan flotar”.


Por eso salí con la cara dividida: los ojos me lloraban, la boca sonreía. Y mi mente también volaba.








sábado, 18 de julio de 2009

Hoy es hoy porque se llamaba viernes

-¿Te estás durmiendo?

-Shh... que acabas de cortarme la mitad de un verso.

Y el guitarrista herzegovino tocó a Bach como los dioses. Pero yo tengo una mariposa y una pulsera nuevas :)

viernes, 17 de julio de 2009

En orden

*Los Koalas brincan, pero no de gusto.

*Hay alertas de tsunamis que luego se cancelan.

*Hay negociaciones y el pueblo estamos en medio.

Todo está en orden...

Arte de magia

Los muros hablan. Y los días cambian de monocromático a tornasol como por arte de la magia de una sonrisa esquiva y bien amada; algo así como lo entrañable en el hueco sin tiempo que es mirar y sentir la certeza de que alguien más nos da la vida.

jueves, 16 de julio de 2009

Reflexiones del 15 de julio

Mañana:

Cierro los ojos: la regadera me regala un stop motion con palomas blancas, y me doy cuenta que no morí.

Tarde:

Mi caballito de batalla ayer se me perdió. Hoy no tengo más que estos dedos inconformes con su pasado y ansiosos de la carne y la sal del presente. El sol también hace desvariar la sed.

Noche:

Cuatro guitarras me hicieron recordar lo que no fui. Pero que aún lo espero ser.

Madrugada:

Abro los ojos: la gente no tiene religión, sólo ídolos en diferentes presentaciones. Qué bueno es ser vigilante de las estrellas de tiempo completo esta noche...


miércoles, 15 de julio de 2009

Una reflexión al vacío de...

Creíamos en la autosuficiencia de las estrellas
porque aún no nos calcinaba la piel este Sol
que se nos cae encima...

Poco o nada se puede hacer en un día como el que hoy tuvimos, con un sol extremadamente picante, de esos que no conviene siquiera mentar. Pero aún así prefiero diez mil millones de veces a la primavera y al verano que a los odiosos otoño e invierno.

Terminando de desempacar ya todo, me siento en la puerta de mi casa a ver empollar de nuevo a la golondrina. Me pregunto si no le fastidiaría el foco encendido a las ocho y media de la tarde, así que lo apago. Me pareció ver que estaba agradecida con el gesto.

No salí. No me hizo falta. Estoy recuperándome de mi viaje a un páramo que hace tres años era más afable que ahora. Sí preocupa la inseguridad a nivel nacional, pero preocupa y duele más la gente que la vive. Es fecha que no me repongo de esas tres niñas de la casa hogar. Me preguntaron si podían venir conmigo, y yo les dije que no podía llevármelas a casa; luego me preguntaron si alguna vez yo iba a regresar.

Y yo les dije que sí, pensando que así sería. Pero al pisar el umbral de mi casa y ver mi monedero, me di cuenta que me he unido a la red más inmensa de mentirosos. Quiera Dios que no sea así...

No se me ocurre nada para decirles en esta ocasión. A veces el silencio es bueno para transmitir un momento filial con quienes aún tenemos un poquito de esperanza en que esto va a cambiar y no precisamente por nuestros gobiernos, sino por las acciones civiles -tener una sala de lectura, por ejemplo- que sean totalmente positivas y dejen de lado los egoísmos y las adicciones al poder.

Les mando un beso. Lux.

martes, 14 de julio de 2009

De la patada

Que a Javier Aguirre lo han suspendido tres partidos nomás por defender la camiseta verde. Que López-Dóriga lo atacó hace ratito en su noticiero de las diez y media con tanta pregunta tendenciosa. Que si el Ojitos Meza hasta fue entrevistado para ESPN en español.

Total, que todo el mundo se abochorna por el acto del Vasco. Yo sinceramente le aplaudo ese impulso feroz por defender a sus dirigidos, los torpes de la selección mexicana. Lo que no daríamos muchos mexicanos por tener líderes así en todo el bendito país, desde religiosos hasta políticos, pasando por los universitarios y los sindicales.

Yo no le reprocho nada a Javier Aguirre. Todo lo contrario: le mando mi felicitación y mi agradecimiento.

Hace rato fui al XIV Festival de la Guitarra del Noreste. Tocó un muchacho yucateco apellidado Perera. Muy buenas interpretaciones, incluyendo el son de la negra. A pesar de estar cabeceando entre cada melodía, yo me puse muy digna y aplaudía cual zombie en el salón de la escuela. Si acaso la única pieza que no me gustó fue la antepenúltima: estaba tan pero tan rara y discordante, que los asistentes tuvieron reacciones bien chistosas como estornudos, tos, escozor, bostezos, etc.

Me voy, aún ando con sueño. Pero antes quiero felicitar a mi Kena adorada porque ayer lunes se estrenó como coresponsal de la sección de culturales del Vanguardia publicando su primera nota, precisamente sobre un documental proyectado que trataba la vida de Leo Brower, a quien está dedicado el festival de la guitarra de este año. Toda mi buena vibra, mi Kena, usted puede!

Ya me despido. Cuando las ideas menguan, una debe ser honesta y saber decir "adiós, Nicanor".

Feliz martes.

lunes, 13 de julio de 2009

Da mihi facta, tivo davo ius

Dame los hechos y te daré el derecho
-Precepto latino.

Total, que desperté a eso de las cuatro y media de la tarde, y sólo porque un amigo de la carrera me mandó un mensaje para felicitarme por el día del abogado, que recién fue el 12 de julio (o séase, ayer).

Luego me quedé pensando que en realidad el abogado debería celebrar su profesión todos los días al rendirle homenaje con la búsqueda de la justicia verdadera, la incorruptible, la que no se congrega en un punto ni se dispersa en más de dos.

También me di cuenta que a esta carrera la amo mucho más de lo que suelo demostrar: sin las leyes y la lucha por su perfección y su aplicación diaria, nada; con ellas, el Universo es el perfecto todo.

Feliz lunes.

domingo, 12 de julio de 2009

Corazón de consomé

Regreso del primer curso del programa Salas de Lectura y me encuentro con que en Torreón, a pesar de las balas y de los retenes, aún existe la posibilidad de albergar un lugar dónde sensibilizarme.

Entre una peli de Justine Saphiro, la anécdota de un compañero del taller y las tres peques de una casa hogar, vuelvo con el corazón de consomé.

Agradezco a todos los encargados de que la estancia por allá fuera lo más cómoda posible. A mis nuevos amigos, a los amigos renovados, a los amigos profundizados... Y a las fotos con manzanas y cerillos prendidos: ¡Salud!

Es domingo, tengo planes para sobrevolar las nubes. Mentira: no se puede hacer gran cosa cuando apenas tienes en 96 horas 14 de sueño...

jueves, 9 de julio de 2009

Arribo

A qué sabrán las canciones
cuando se mezclan con el fervor
de un azul adornado de maraña, biznaga y nopal?

Preguntaba el niño a su madre
roja tierra silenciosa
que le daba agua para beber
y nubes para jugar.

Sabe a una carretera recién llenada
por la intensidad de una lluvia
que destruye canículas
y prologa la verde ciudad.


He llegado a Torreón. Como a eso de las diez y media. Mis compañeros son súper buena onda. Cené y como no estoy acostumbrada a eso, ahora estoy como ardilla hiperactiva pero como con mil años de sueño.

La carretera estuvo genial, vimos a Hulk dándose de madrazos él solo mientras los montes desfilaban todos guapos por las ventanas. He reído como cuando era alumna de secundaria. Y para no perderle el gustazo de levantarme a las seis, mañana desde las siete estaré en la trafalgadera porque son un poquitito lentos a la hora de servir la comida. Pero se entiende: somos muchos, somos sui géneris y somos de Saltillo, ingue su.

Ahora iré a tratar de dormir. Arreola me espera para una sesión de cuentos hechos con la delicadeza de un artesano en la antesala de los brazos de Morfeo.

Abrazos para todos. Os quiere Marlén.

miércoles, 8 de julio de 2009

La cháchara de hoy (vigencia hasta el dormingo 12)

A Mo Ka, a mi Kena peshosha, a mi buen Arlequín:

Una disculpa por no contestarles sus posts. Ayer la endodoncista hizo de mí lo que le dio su reverenda gana y yo por poco salgo corriendo con todo y la bocota abierta. Así que entenderán mis hijos (habló la anciana) que no tenía ganas de platicar, por aquello de no querer parecer pesimista ni quejumbrosa (¡Andobas!).

Voy a Torreón. Salgo en la tarde, a eso de las 6:30. Regreso el día de Saturno por la noche, para que no me extrañen (juro que habló María Félix, no yo).

Los quiero mucho, gracias por seguirla rolando en este blog que un día se pone payaso y aguado, y otro también.

PD: Qué chafa lo de Michael Jackson! ¿Quién le cree que está muerto? El féretro estaba cerrado. Ver a un montón de gringos aplaudiéndole a una caja hueca ha sido uno de mis mejores regalos del Cosmos en estos últimos años...

Feliz resto de semana.

martes, 7 de julio de 2009

Resulta

Resulta que en ocho horas voy donde la endodoncista a que me termine lo que empezó, a que me sangre lo que no me sangró (de encías y dinero, quiero decir), tal vez a escuchar ese odioso taladro que no duele porque estoy anestesiada.

Y resulta que estoy estresada... Qué me dura la noche, puesn...

Feliz martes.

lunes, 6 de julio de 2009

Nadie sabe, nadie supo...

Pero de repente todos se acordaron de los buenos tiempos de la Conasupo...

Versión 1:

Ok, ya pasó la ola electorera, el PRI agarró fuerza y Paredes debe estar muy feliz. No entiendo el mecanismo social a través del cual la gente repite patrones de conducta. Supongo que es igual a cuando una persona elige el mismo tipo de pareja porque así se predispuso desde pequeño. Pero qué friega nos meten cuando es a nivel colectivo. Ojalá que el PRI haga las cosas bien, que de verdad le echen ganitas para sacarnos del peligro de tanta reforma incitada por el PAN. Y ojalá que ahora sí exista un equilibrio de poderes al tener a más priístas en las curules frente a los varios estados de la república que tienen al PAN en turno. Y que los del PRD se decidan a dónde quieren pertenecer. Es más: que todos los partidos hagan su chamba bien, decentemente bien, éticamente bien, humanamente bien.

(No, así no, demasiado politiquero...).

Versión 2:

Qué desalentador es saber que los votos nulos no cuentan porque para el IFE eso no es importante. Es también desalentador saber que pagamos impuestos para tener un buen sistema que regule la materia electoral, y resulta que ni para eso sirven. Anular el voto fue casi como jugar a las muñecas, o al menos hasta este momento que veo las noticias me parece de esta manera.

(No, tampoco, demasiado leguleyo-pesimista...).

Versión 3:

Ok, se acabó la ola electorera. ¿Podríamos pasar a cosas realmente importantes, por favor? No es que la política no me importe, pero es que esta política está demasiado choteada ya.

Julísimo (¡bah!) lunes. LLéguele a la chamba y sea medianamente feliz. Y que sea lo que dios quiera.

PD: A ver si se van poniendo las pilas los países latinoamericanos: varios hondureños murieron sin siquiera poder defenderse y la mayoría estábamos enojados por la breve suspensión de un partido de futbol en Argentina... Sí, lo sabemos: no es posible tanta injusticia. Pero es más nefasta la indolencia social. Y todo porque duele de veras.

Pax.

domingo, 5 de julio de 2009

Piénsaleee

Tengo varias preguntas respecto a las votaciones, como por ejemplo, ¿de qué sirve la Ley Seca que inició desde el sábado si las personas podían comprar vino desde días antes?

Realmente lo que interesa ahora es saber si realmente el Voto en Blanco servirá para cimbrar el sistema político nacional imperante, o si únicamente le servirá a los mismos partidos de siempre para que se mantengan en sus curules. Hay una propuesta que lleva a la práctica Francia consistente en pedir que se deje vacío el número proporcional a la cantidad de votos nulos emitidos por los habitantes de ese país, para luego ser llenados por las personas que ellos quieran. Y a decir verdad -y aunque suene malinchista- creo que está bien la propuesta: total, si hemos jugado al gato con la boleta o hemos puesto frases a favor de un verdadero sistema democrático basando en el juego de partidos, debe ser porque efectivamente no nos llenan el ojo los candidatos correspodientes.

El problema que existe en nuestro país, creo yo, radica en el sistema de partidos: antes un individuo por su sola decisión se erigía como candidato a cualquier puesto de representación popular y directa, ahora, para que un individuo llegue a ser respaldado en su decisión de ejercer la garantía individual que le confirió el Estado Mexicano para ser votado, debe forzosamente pertenecer a un partido político. Y lo anterior, más que un acto organizado del ejercicio del derecho a la actividad política en el Estado, suena a una exclusión paulatina que nuevamente lleva a sus habitantes a las mismas situaciones de antaño: el que pueda, que pague por ver; el que no, que se conforme con escuchar.

Otra bronca la constituye el hecho de que si no se tiene la credencial de elector no puedes votar. La credencial de elector es un documento que legitima en forma y no en fondo el derecho de un ciudadano mexicano a votar, realmente no entiendo por qué el IFE se empeña en restringir la emisión del sufragio a quienes pierden su credencial. Bastaría con tener el pasaporte, la cartilla militar, el acta de nacimiento, la licencia de conducir, e incluso la afiliación al ISSSTE o al IMSS. Pero tal parece que esta cuestión del ejercicio de la democracia cada vez más se empobrece y todo queda reducido a un jueguito de muñecos que pretenden hacer de esta nación el vivo ejemplo de la democracia a nivel conceptual y entre las naciones.

Y luego la gente se anda preguntando por qué hay tantos que anularán su voto. Y como "no me gusta repetir las cosas" (¿se acuerdan de la frase?), aquí les dejo un texto dardeador:

Ni tan blanco

En éstos días me han llegado cadenitas exhortándome a emitir mi voto en blanco. Más de un periodista y analista político ha dicho que efectivamente depositará en las urnas este domingo 5 de julio un voto para nadie. Hasta se especula que el uniforme del TRI ahora será de un sólo color: blanco.

Independientemente si yo también vote de ésta manera o no, me parece que el hecho de decir el término “voto en blanco” subestima la realidad: detrás de cada voto así emitido, habrá una frase de duelo personal, un réquiem por la identidad fragmentada de un mexicano que no puede soportar un minuto más la falacia más bonita de este país: la democracia.

“No creo en la división de poderes”, “No creo en los candidatos”, “Ya no puedo creerle más a los partidos políticos”, “Ni un minuto más: dejaré de ser el tonto de siempre”, “La democracia no existe”, “Yo esperaba algo mejor”, “Me da lo mismo: jueguen sin mí”. Todo eso dirá cada voto en blanco, así sea al norte o al sur del país, en oriente o en occidente. Todos tienen frases pintadas con tinta invisible. Todas son a prueba de lágrimas, sangre, balaceras y engaños. Todas son a prueba de utopías y promesas que no vendrán.

No es posible juzgar mal a aquél que anule su voto: hay un cansancio que se nota en las carteras de los jefes de familia, en las madres solteras que dobletean turnos laborales, en los estudiantes maravilla que no podrán serlo porque hay que sacar para comer.

Sin embargo, sería más que deseable, esperable, que quienes emitan así este hecho replanteen qué tipo de cosas realmente quieren en sus vidas, en sus familias, sus trabajos, su sociedad. Hacer uso del artículo 9º constitucional que habla del derecho del mexicano de asociarse libremente para discutir sus ideas.

Los comicios mal o bien se desarrollarán, con o sin votos en blanco y esto hasta se antoja como algo natural. Lo que urge verdaderamente es la reestructuración de la forma de vida de quienes habitamos este país. Hablando se entiende la gente. Actuando civilizada y congruentemente, se entiende aún más.

http://www.diasiete.com/14-06-2009/ni-tan-blanco

sábado, 4 de julio de 2009

La Crisis y los EE.UU


Aprovechando el 4 de julio... Estas imágenes me las mandó la Nayelunga, desde Parras, Coahuila. Están buenísimas. Ojalá les gusten.


















Y por supuesto, los efectos en México se han dejado sentir de inmediato:


La vida es una tómbola

Y los funerales del rey del pop, también.

¿Quién quiere un boleto para ir a su funeral?

Yo no. Paso sin ver.

viernes, 3 de julio de 2009

Para Marah

Olvidé que hoy también cumple años mi amiga de la secu no. 3 para señoritas en la Perla Tapatía, Marah Duarte Meza. Igual que ya había olvidado la rabieta que hice cuando se me perdió mi cuaderno de direcciones en la mudanza.

Ahí fue cuando entendí que la buena memoria se encarga de los rostros, de los nombres, de los juegos. Marah fue mi mejor amiga de la pubertad. Me habría encantado crecer con una chica ejemplar como ella, que le ayudaba a su mamá en el tianguis cada tarde, jalando el carrito con dos ruedas y estudiando inglés de diez a once de la noche, nomás para ser alguien mejor. Era la

Gracias a Marah por tan buenos recuerdos. Sin ella, Mayra, Edith, Claudia y Roxana, mi pubertad en Guadalajara no me habría sabido a yuki con crema de coco natural, a perdidas en los camiones y hasta antes de las tres, para que mi mamá no se diera cuenta de las travesuras.

Felices 26, Marah, dondequiera que te encuentres.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS, CHÉ MARCELO!


PORQUE NUNCA ES FATAL CUMPLIR UN AÑO MÁS.
PORQUE EN EL CONO SUR HAY UN CANGREJO QUE DEBE PASÁRSELA GENIAL.
Y PORQUE ENTRE LA INFLUENZA Y EL BOCA HAY UNA TELE DE POR MEDIO NOMÁS,

¡FELIZ CUMPLE, MARCELO DANCE!


LA VELITA ES SÓLO REPRESENTATIVA. PERMISO DE GOBERNACIÓN AKIENLIMPORTA03072009
TODOS LOS DERECHOS DE ESTA POSTAL SIN RESERVAR

Querido diario (deeh):

Dos de julio. Amanecí de mal humor, día perfecto para salir a caminar sin rumbo.

Pasé por la Alameda y descubrí que es poco cobijadora ahora con sus arbolitos nuevos a eso de las cinco. Un poli me hizo sentir más bien acorralada en vez de protegida, y tres viejitos me sonreían con extraña candidez. Los chavos de la Narva siguen ahí, no sé por qué no hacen algo en sus casas, o por qué no se meten a algún curso que les ayude a olvidar su hormona alborotada, hambrienta de cigarros y peligro. Debe ser que hasta en los cursos de las instituciones públicas te cobran cuotas de recuperación que sí son algo cariñosas. También se me olvidaba que estamos en el desierto de la promotoría cultural hasta el cinco de julio.

Ya de rato agarré camino y me fui como burro sin mecate hasta el Museo de las Aves. Bajé y fui a la Casa de la Cultura. Puros niños y muchos ancianos. Recordé cosas lindas que no me atrevo a publicar aquí, porque luego pienso que nadie me lee y al rato resulta que varios conocidos míos me dicen que leyeron mis ocurrencias de aquí y qué oso.

Entré a la Alianza Francesa del Centro y la secretaria ni me peló. Di un recorrido por todos los salones y no me quedó de otra sino suspirar por esos días. Fueron buenos días. De sus gentes quedamos muy pocos: la mayoría se casó, se mudó, o simplemente se borró de las listas de ñoños que desperdiciábamos los sábados de 9 a 1 pm nomás para echarnos el chal. Pero es que quien haya tenido oportunidad de estar en aquellos tiempos (¡Andobas!) sabrá a qué me refiero. No sé, pero la nueva Alianza, la que está por las Maravillas (Cereso Francés, para la raza), no es igual. Tiene chispa de niño nice. A nadie le interesa la bohème... y yo ya me extendí en este párrafo. Da igual, la biblioteca ahora está clausurada, pero yo tengo un tercio de los libros que una noche de junio del 2004 tuvieron a bien -para mí, claro- poner en cajas para que se los llevara el camión de la basura...

Luego, fui a ver la exposición Blanco y Negro, que está en la Galería del Icocult. Son dibujos en su mayoría hechos a lápiz o tinta china. Debo decir que los adefecios de renombrados pintores se ven favorecidos por la incursión de personalidades nuevas que le inyectan vida con su obra, la cual destaca por su precisión y limpieza, pero sobre todo, por la metáfora que insertan como eje principal de la cual penden los demás cuadros o paisajes.

Ya por último me fui al Flor y Canela. Comer musse de guayaba y tener una plática chida siempre hace que las cosas cambien de perspectiva.

El día cerró con un colguije dentro de un paquete sorpresa. Si otro día de éstos me salgo a mí misma con que qué pinche día, recordaré venir a visitar este post.

jueves, 2 de julio de 2009

Sorpresa, sorpresa...

Fui por un dolor de muelas y acabé con una endodoncia. Más tarde, me di cuenta que erré la profesión: ganas más dinero por taparte una caries que por arreglar un problema. Ya se ve que todo esto es parte del postmodernismo. Lástima que lo haya aprendido a estas alturas de mi idealismo gótico sensorial (no soy nada de eso, pero se oye bien "subrealista", ¿a poco no?). Acabé como Rocky Balboa: la boca toda hinchada, hablando chistoso, tirando sin querer el agua de enjuagarse. Y eso que a mi dentista le gustaron mis dientes... Una disculpa para Luis Gatica, me asaltaron los taladros dentales y ya no pude llegar al taller...

2 de julio me recuerda al principio de un cuento triste. Son 9 años y yo no veo ningún cambio... Mejor vayámonos a la primera playa imaginaria que nos asalte la corteza cerebral.

miércoles, 1 de julio de 2009

1 de Julio

Préstame tu máquina del tiempo...
-Rockdrigo

Y la luna se fue. Y el sol presentó otra vez su misma cara. Esa que le conozco bien, porque es Julio, y su nombre empieza con J, como bastón invertido: es hora de largarnos a paseo y sumergir nuestros cuerpos en el ancho mar de una alberca de hotel...

O de perdido, en un chapoteadero improvisado en las afueras de una extraña lavandería.

Feliz inicio de julio.