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miércoles, 27 de abril de 2011

"Papable" santidad

Estoy viendo en la tele a la monja que se curó "por intersección" del papa Jean Paul II... mire usted, los milagros están a la vuelta de la esquina, ¿no? Deberían beatificar a los obreros o a la gente que en su vida tendrá un motivo de felicidad real para vivir en este lugar llamado mundo. Pero como quiera, que viva el Papa que era amigo de Pinochet y era antimarxista. Y por todos los años de yugo católico que aún nos faltan... ¡Salud!

viernes, 22 de abril de 2011

De una Canción Cardenche

Han sido buenos los dioses conmigo,
digo.
Y no tengo miedo de dejar atrás,
en una muerte sin despedida previa,
la mujer invisible o gris, escarlata o magenta,
que me he dado en la vida.



Llevo como media hora viendo y oyendo Yo ya me voy a morir a los desiertos, en el Youtube. Llevo toda una vida pensando en la transgresión de la muerte, sus colores, sus formas, sus encantos y aberraciones. Tengo más o menos un año creyendo que se puede morir desde adentro para renacer en algo distinto (no confundir con el "animus renascendi" en seres como un colibrí de la cultura hindú: sería maravilloso, pero para eso tendría que morirme físicamente primero). O regresar a los orígenes a partir de la verdadera risa. De la inocencia. Hace rato escribí en el feisbuk "Si el columpio no viene a ti, tú ve hacia el columpio" y la gente pensó que yo hablaba de un columpio asesino... Los columpios. Deberían hacer columpios para la gente adulta, así sería más fácil recuperar cierto grado de inocencia perdida en los parques, sin tener que intentar matar lo malo o medio morir al pasado. La muerte...

Los viernes santos en mi ciudad no se habla de la muerte, pero se siente. Nadie murió en realidad. Es que estamos muertos todos y es que todos nos olvidamos de pensarnos entre nosotros, al grado que nos borramos de nuestras recíprocas consciencias y nos desvanecemos en la amarillenta memoria colectiva de una ciudad que se disparó en personas y puentes, calorones y asfalto, de un día para otro. Llevo varios años pensando que los viernes santos en mi ciudad esconden un gato encerrado, pero no sé si tenga que ver con la existencia, o si es puro estupor de estepa lo que inunda sus calles...


lunes, 18 de abril de 2011

Risa

El otro día me preguntaron que de qué me reía tanto. Ignoro si me preguntaban a mí, o a lo que creyeron ver de mí. Ignoro también si advirtieron que era celebración a la ironía de un mal sueño o si pensaron que mi risa es fácil, como todas las corrupciones de mis tiempos.

No pude contestarles por lo mismo.

domingo, 17 de abril de 2011

Domingo de ramos

Más que un domingo de ramos, quisiera ver un domingo de flores por todos los muertos del país, caídos en una tempestad estúpida y absurda. Más que oraciones eclesiásticas en fechas de guardar, quisiera una oración colectiva genuina, un pensamiento que salve a nuestros hijos y a nosotros mismos del leviatán que acecha nuestras cordilleras, altiplanos, desiertos y playas...

Opciones para una página

"Orientación de la página", me aparece en Word. "Desubicadísima", "Destanteada", "Desorientada", "Norteada", busco como posibles opciones.

No aparece ninguna.

Por un momento, el diálogo entre la página y yo se pierde. Ella no es capaz de entender lo que mis ojos han estado viendo en estos días. Yo no puedo llegar a entender que ella únicamente está ahí, para que la plasticidad de los hechos la inunde, precisamente porque es inmóvil.

sábado, 16 de abril de 2011

La fuerza del destino

Pero la fuerza del destino nos hizo repetir:
Que si el invierno viene frío,
junto a ti.

Mecano- La Fuerza del Destino



Ya tenía rato de no presenciar un embotellamiento. Verán, lo que pasa es que me he vuelto una mujer puntual dentro de sus laxos límites temporales. Tenía rato también de no encontrar oldies en la radio, más extraordinario fue así el evento de cantar una pieza completa en lo que avancé escasos veinte metros.

La canción es una de mis favoritas de Mecano: La fuerza del destino. No lo niego, de chavita también tuve mi lado cursi y casi puedo asegurar que esta canción representaba al amor de juventud, el clásico estadio platónico de la prepa y shalalá. Pero también representaba algo más, tal vez porque decía muchas veces una palabra que era en ese entonces un tópico insondable: destino.

Al oír los primeros acordes de la canción me puse a pensar en todo eso, y llegué a recordar lo que mi imaginario arrojaba, a ciegas, sobre la definición que poseía en aquel momento sobre esa palabra. De pronto me vi otra vez, imaginando mi destino de muchas formas. El mío y el de todos, el microcósmico y el caótico donde yo estaría rebotando de un lado a otro. Lo imaginaba más limpio, más ordenado, menos absurdo. Siempre melancólico, pero nunca tan desolador.

A unos cuantos metros más se divisan tres patrullas atravesadas por el boulevard. Me da miedo (recuerdos, balas perdidas y calladas, silencio entre la gente) y canto más fuerte: Pero la fuerza del destino... Qué fuerza, la que se imprimió en este destino en particular, caray. No lo digo por lo que me ha pasado a mí -que en cierto modo era previsible, con lo soñadora que siempre fui y sigo siendo-, sino por lo que percibo. Aquí no hay marcha atrás. No hay acción que valga. Habría que regresar al verbo. Habría que regresar al sentido más prístino de la palabra. No aludo a una cantaleta religiosa. Hablo de la fuerza de un término, la potencia de un fonema que revierta las vilezas del ser humano en algo llamado ética, espiritualidad, consciencia de la otredad, qué sé yo.

La fuerza del destino no puede ser ésta, me digo, mientras trato no pensar en los días previos a este momento. Tenía diez años de no cantar en voz alta esta canción. En algún lapso de mi existencia me propuse hacerlo cuando supiera que el destino me había alcanzado.

Aún no sé si fue un sueño, un mal sueño, y si podré cantar otra vez esta canción cursi sin que se me haga un nudo en la panza: veo dos pedigüeñas indígenas y dos inmigrantes limpiavidrios, calcinados por un sol inclemente y como veinte carros que les niegan los regalos más divinos que hay en el mundo: la mirada, la voz. Hace diez años era sólo una persona y los mismos veinte carros respondían, un peso, tres, veinte pesos la respuesta más un contacto de ventana a ventana humana.

La canción se fue. La cola de los transformers (lo digo por los conductores, fieras salvajes del asfalto, personajes híbridos salidos de las cloacas del establishment) comenzó a circular.

Ojalá que también circulara otra versión de la fuerza del destino, me dije. Rápidamente, me censuré por ilusa y cerré la boca.

Por eso, mi parte inocente vino aquí a escribir esto.

viernes, 15 de abril de 2011

Leyendo a Sergio Pitol hoy viernes a partir de las 5 PM y hasta que la garganta aguante. Invita Kaleidoscópica. Biblioteca de la Alameda y puntos circunvecinos, Saltillo.

viernes, 8 de abril de 2011

CURSO TALLER MOTIVACIONAL

Fue un fracaso rotundo. La matrícula del curso taller motivacional "Quién eres y por qué estás aquí" quedó práctiamente vacía al solicitárseles a los interesados en inscribirse una papelería oficial con la cual pudieran acreditar su personalidad. Las respuestas oscilaron entre el no me acuerdo y las posibles tendencias de la moda (algo así como pertenencia a ciertas tribus urbanas). No faltó quien llorara ante la imposibilidad de responder con una credencial o documento similar que validara jurídicamente la proyección holográfica en 3D que normalmente solemos ver en tonos carne y comúnmente denominamos personas. Entre los "sacados de onda" estaban algunos maestros que, lejos de solucionar el problema con acciones prácticas, se desviaron a tópicos clásicos poco efectivos, tales como "soy un marginal y seguiré siéndolo", "mi nombre es Cosmos y vivo en el Universo", entre otros.

El organizador del curso taller, con su talante siempre positivo ante la adversidad, sugirió en el momento cambiar el nombre por "Para qué quieres saber quién eres si ya estás aquí", esperando obtener una respuesta mucho más enérgica y adecuada de los participantes. El resultado fue nefasto: no faltó quien, apelando al más exquisito pesimismo, muy a la Cioran, tratara de convencer al comité organizador acerca de la eficacia de las razones por las cuales evidentemente era mejor no ahondar en el dilema y esperar pacientemente la muerte. Otros tantos prefirieron sentarse y llorar mirando al cielo -mal momento de hacerlo, pues en ese instante El Socrático pasaba y prolongó la posición de los taciturnos mientras arrojaba su apasionado discurso de la inexistencia de las respuestas en el aire-. Hubo quienes debieron ir al quiropráctico, días después, a recomponer su eje óseo. Más tarde, algunos de ellos se matricularon en la Escuela de Enfermería.

Preocupado, el director del Centro de Estudios de Aquello que Olvidamos Preguntar en la Mesa cuando Éramos Chiquitos (CEAOPMECH), convocó a junta con el personal docente del curso taller, y únanimemente (es decir: el mismo que levantó la mano muchas veces) se determinó la reorganización administrativa para darle "cauce y eficiencia a nuestros perdidos, futuros alumnos", pues el objetivo inicial partía, "como ya sabemos, de la falta de iluminación que cada uno de ellos padece. Queremos que sean lumnos, sin la a". Por eso se determinó dejar de lado los trámites administrativos (CURRUCUTUCÚ, 'IJE, etc.) y disponer una serie de preguntas simples, a manera de calistenia mental, cuyo enfoque iba dirigido a la capacidad individual de entender su propio caos existencial. Por lo tanto, el curso se llamó "Quién te crees que eres y por qué osas pensar aquí", pues determinaron que era mucho más audaz y propositivo el impulsar al participante a través del refuerzo negativo-conductual.

Basta decir que el día de las inscripciones al curso taller motivacional, los más quedaron intrincados en una suerte de danza arrítmica protagonizada por sus otros yoes subyacentes, de naturaleza por lo general agresiva. Ni el más new age se salvó de un pellizco.

Finalmente, se resolvió regresar al título inicial, con la eliminación de los trámites administrativos: "Quién eres y en qué forma pagarás el curso (y por qué estás aquí)", ahora sí resultó un éxito: todos respondieron felizmente ante la pregunta con el número de tarjetahabiente que les correspondía. Las matemáticas nunca fueron tan buenas para hacer fluir lo que estaba estancado.

Cabe mencionar que el objetivo principal (por qué estás aquí) se resolvió con dinámicas que redujeron una problemática ontológica de años en simples verbos transitivos, tales como "para pasármela bien", "para mantener a mi familia", "para sonreír y ser feliz".

Poetas por Adelantado en el Foro de Investigación "Arte y Juventud"

No contentos con dormir a los escuchas el sábado pasado, ahora iremos Alejandro y una servidora a martirizar a nuestros compañeros de Música, Artes Plásticas, Diseño Gráfico, Educación y Letras.

Si quieren presenciar el desarrollo estético de la escena del crimen (tormento chino en decibeles), la cita es hoy viernes 8 de abril a partir de las 18:00 horas en la explanada de Camporredondo de la UA de C.

domingo, 3 de abril de 2011

Rascahuele (tirita demostrativa)

Este perfume es el perfume de un perfume que despierta la bravura de las gentes dormidas y las conmina a atravesar la carretera hasta llegar a aquel lugar, para agarrar de un puño todo el buen olor del mundo, ése que muestra su rostro dulce porque vive dentro de un silencio apacible.

sábado, 2 de abril de 2011

Poetas por Adelantado en el Kilómetro del Libro

Hoy sábado 2 de abril, para quienes se puedan levantar y estar a eso de las 12:00 hrs., "Poetas por Adelantado". Participan Alejandro Beltrán y una amiga, es decir, yo, no una amiga de Alejandro Beltrán... Aunque también soy su amiga... Bueno, ¿en qué estaba? Ah, sí: Biblioteca Central (Boulevard Francisco Coss).

Los esperamos. No habrá pastel ni sorpresas y la diversión dependerá de cuántos minutos logremos captar su amable atención con nuestras letras.