Lamentable, que el mundo tome las tragedias como un elemento más de la
dinámica de las sociedades de consumo. Ayer fue Ayotzinapa, hoy es
Charlie. Las redes sociales no mienten:más que una sociedad
profundamente herida e indignada por las acciones que nosotros mismos
emprendemos contra los otros -a imagen y semejanza de la ley del
depredador-, somos artículos de mercado que seguimos temas de moda,
sólamente para seguir vigentes. Lo que urge es salirse de aquí y
enfrentar las
injusticias, razonar las
necesidades sociológicas, inventar una nueva filosofía a partir de la
cual se deriven nuevas formas estaduales, nuevas maneras de convivencia
sociopolítica, nuevas estrategias económicas que no estén supeditadas a
los paradigmas actuales, que ya se ve cada día nos utilizan más y nos
eliminan mejor. Las redes sociales son para decir buenos días, enviar un
gesto de esperanza, decir banalidades. La realidad está afuera e,
insisto, la tomamos como un hash tag. Lamentable.
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