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viernes, 10 de mayo de 2013

Reflexiones al vacío. VI Aniversario

Inicié este blog pocos meses después de una injusticia que a la vuelta de la esquina me hizo más fuerte y me regaló la consolidación como la promotora cultural que me alegra ser. Hoy, a seis años de su estreno, me gustaría regalar algunas frases que afortunadamente aún siento y espero poder seguir igual (pero más evolucionada -¿ah, verdad?), así vea desfilar encantos y desencantos, robots y lamebotas, injustos e insensibles. Todos somos seres humanos: no todos pretendemos ser lo mejor de ello.


Ensayé la piedra de la paciencia, habrá que esculpirla con un canto que llene sus aristas de luz y jamás me deje al arbitrio de ilotas. 

En estos tiempos, ser loco es ser digno; ser rebelde, expresar la inconformidad por la ausencia al respeto de los derechos más intrínsecos del hombre. Amo mi locura, pues. Y sobrevaloro sanamente mi rebeldía. 

La perfección en la mayoría de los estúpidos, necios y abusivos radica precisamente en que no se dan cuenta de lo imbéciles que son. 

La perfección de los marginados radica en que nadie les ha pedido algo (nadie los ve) y sin embargo ellos siempre aman (los ideales, el hambre, un sueño, la verdad. Al prójimo del párrafo anterior). 

Ser zen consiste en aprender de los demás hasta alcanzar la humildad creativa y callar cuando la ofensa está por salir. Quien se crea zen porque hace posturas yoguis mientras asesina a los demás con su mala entraña, deja de ser zen por ser un completo derrochador de tiempo a favor de un ego inmarcesible, oculto en la flor del loto. 

Los jóvenes deberían  aprovechar la ubicuidad que les da el internet para convertirse en verdaderos dioses de su mundo individual y colectivo. Los padres de esos jóvenes deberían dejar de insistir en querer regresar a la veintena.

Los artistas deberían dejar de autonombrarse así y dedicarse a crear. Si se es o no artista ya no depende del ejecutante, sino del veredicto del ojo del tiempo. 

Los manifestantes deberían de protestar menos y actuar más. Se logra más creando aparatos alternos que luchando contra quienes jamás van a cambiar. Eso es necedad y un espíritu adolescente: necesitar del padre para evolucionar en la vida. Padres, únicamente el cielo y la tierra. No nos deben nada, pero sí nos debemos a un nuevo todo. No estamos en China. La pasividad en América Latina estorba: crea sarcasmo e ironía y provoca tristeza en los nacituros.

Estoy aprendiendo a frustrarme menos y a amar más: son ellos los equivocados. Si desean continuar con la travesía de la vileza, es problema de ellos. En verdad deseo llegar a los 82 años con el alma lúcida y más amante que a mis treinta.

Nadie dijo que yo esperara un mundo perfecto. Qué aburrido. Sólamente espero actuar a favor de un mundo menos lastimado (o por lo menos evitar hacer daño a lo que resta de mundo). 

Por supuesto que amo. Todos los días no dejo de revisar la cantidad de luz solar en los pequeños actos de la vida. Todos los días me obligo a despojarme de la pesada capa de la sapiencia (no siempre tengo buenos resultados) y aprendo a caminar por caminar, a amar por amar, a ser por ser, sin darle nombre a mis actos porque los vivo y crezco. Jamás dejo de insistir en el poder del acto enunciativo en mi gente muda. Jamás olvido agradecer la persistencia del perfume de la máxima que reza que lo mínimo destruye a la grandeza con pies de barro y que el miedo es simplemente oscuridad fácilmente aluzable. Jamás dejo de pagarle al mundo, al tiempo y a la vida escribiendo algún poema o un escrito cualquiera: entre tanta gente que padece la ceguera, soy una privilegiada por el hecho de tener a la palabra como mi mejor arma para aprender, existir, amar la vida. Por supuesto que amo.




1 comentario:

Fer.mor.ann dijo...

Me gustó el parráfo que comienza "Por supuesto que amo..".
Tu exploración del Zen como una manera de desaprender es algo que no había escuchado en mucho tiempo, te felicito por descubrirte día a día y encontrarte más simple, menos conflictuada por lo que pasa alrededor sin dejar de indignarte y actuar. Confieso, que llegué aquí por curiosidad y que he léido poco de tus letras. Me daré el tiempo para ello. Me pareces interesante.

La felicidad se encuentra en las cosas pequeñas, las grandes de una forma u otra se solucionan por si mismas. Suerte!
Fernando.