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lunes, 13 de mayo de 2013

Siesta dominical

Demasiado gris dominical. Preferí dormirlo, viajar donde los recuerdos (a veces al presente hay que darle un respiro para seguirlo soñando al día siguiente). Me equivoqué. Padezco del síndrome del recién despierto en domingo a estas horas. No son bestias contra las que se tiene que luchar. Es una sola y se llama Melancolía.

Debe guardar alguna relación el hecho de primero compartir con una centena de personas el tiempo. El contraste de una habitación vacía y silenciosa tras el bullicio evidencia con tino certero que la realidad es una y la poesía, otra.

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