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martes, 24 de junio de 2008

Abracísimo, palomísimas...Tontísimo.

¡Ah, pero qué méndiga maña ésa de desvirtuar el idioma español! No conformes con imponer frases introductorias como el "igual y" (en vez de quizá, tal vez, posiblemente, etc.), el "me puede encantar" (en vez de me gusta mucho, me encanta), el "eventualmente" (en el sentido equivalente del inglés eventually, en vez de decir pronto, próximamente, quizá), el "o sea" (como frase introductoria usada desde hace veinte años y no en su acepción original en vez de, es decir); y otras tantas frases y palabras distorsionadas, la mayoría de ellas por pseudo niños chic que piensan que deformar el lenguaje es tarea de ellos (y de los medios masivos de comunicación, abierta y cerrada), recientemente me enteré que la moda es usar superlativos en los sustantivos.

Ahora está bien (o mejor dicho, de moda) decir: te mando un "abracísimo"; fuimos al cine y nos comimos unas "palomísimas"; te manda "besísimos"...

Hasta donde yo sé, los sustantivos emplean aumentativos, como ote, ota, por ejemplo. Abrazote, palomotas, besotes. Los adjetivos calificativos, son los que emplean los superlativos ísimo, ísima. Tontísimo, estupidísima, imbecilísimo, aburridísima.

Entonces, el tontísimo de su hijo-primo-sobrino-hermanito tiene permiso para escribir "ke", pero cuando le cache diciendo neologismos sin fundamentación, dele su buena regañadota (y no una regañadísima, ese estado adquirirá después su cría, en caso de que sea mujer) por andar distorsionando la lengua que a Sor Juana y Quevedo les sonaba tan bien, pero que en nuestros días ya empieza a oírse rara.

Tal pareciera que, de tan elevado que tenemos nuestro idioma (noticia del día: de todas las lenguas romance, como el francés, italiano, portugués y español, ésta última es la que más ha evolucionado; digamos que lleva la delantera por unos...250 años), nos "puede encantar" llevarla al pozo.

"Saludísimos".

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