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jueves, 26 de noviembre de 2009

Parafernalia legislativa

Fui al Congreso Local a que mis hijos postizos presenciaran una sesión. Olvidé que era miércoles y no martes, así que desde un inicio todo me agarró desprevenida: resultó que la comisión de equidad y género del Congreso de Coahuila hizo como una especie de fiestecilla con motivo del día de la no violencia contra las mujeres.

Si el Poder Constituyente de 1916 aún existiera, le habría dado un soponcio: la sala se convirtió en una parafernalia sin igual: muchachos de diferentes preparatorias (entre ellas una muy extraña llamada "Don Bosque") interpretaron canciones llenas de vacíos sociales: "Malo, malo, malo eres, no se daña a quien se quiere, no/Tonto, tonto tonto eres, no te pienses mejor que las mujeres (bis)"; "Pégale a la pared, pero nunca a una mujer (bis y el bis en intervalos muy próximos debido a las pocas estrofas de la canción); "Mujer, te admiro por golpeada, rechazada y maltratada"... A cada canción habría que integrarle las diez chicas de negro y mal maquilladas que se la pasaron llorando para hacer más creíble su situación de maltratadas.

En realidad las canciones son lo de menos: los muchachos las interpretaron con muchas ganas. La gente -jóvenes la mayoría- aplaudía con muchas más ganas. Eso está bien.

Lo que no está bien, es utilizar, capitalizar y manipular el talento juvenil en pro de una reunioncita estilo "mujeres rotario" para decir "Basta, ni una vez más". De nada sirven las participaciones de estos jóvenes, si la problemática alcanza magnitudes estratosféricas. Y me atrevo a decir que la violencia no sólamente la vive la mujer, sino toda la humanidad.

Esperé en vano una respuesta por parte de las diputadas (quienes, por cierto, deberían llevar un curso sobre pronunciación correcta de las vocales para no decir "ferréa" en vez de férrea, o Bosque en vez de Bosco) ante la incipiente y rascuache propuesta de reforma y adición de las leyes operantes en nuestro estado de la república realizada por una MP -que también era directora de los refugios de Coahuila (no me quedó muy claro ese tipo de dualidad, si es que la hay). Pero sólamente obtuve un poema declamado por una diputada panista que me dio clases de derecho público cuando estudiaba comercio internacional. Se suponía que estábamos en el Congreso Local y no hubo medio de motivación alguno que impulsara a estas personas a hacer algo a favor de las mujeres maltratadas: yo no quería canciones, yo quería acciones. Unas muy legales.

La parafernalia se me hizo eterna. Pero todo llega a su culminación.

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