La parsimonia de la primavera extiende su aliento y me regala algo que no he pedido, pero que acepto de buena gana, porque vivo de ello.
Hay cosas que no se pueden hacer en cuentos; ocurre lo mismo con otras cosas y la poesía.
Y existen aquéllas que ni siquiera se pueden escribir a la perfección porque resulta que hay algo aún más trascendental en el hecho que la palabra no alcanza a definir. Música personal dirigida a los oídos del plasma celular, pudiera ser.
Gracias a los que formaron parte de mi mes de mayo. Veamos cómo nos va en junio.
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Hace 49 minutos
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