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sábado, 1 de mayo de 2010

LA CATAFIXIA

¿QUÉ PASÓ, CUATE? ¡TEN PIEDAD de mí! Soy un hombre viejo: mírame.


—Más bien, te escucho: das lástima.


El viejo mira sudoroso a su alrededor: el escenario es el de cada domingo, con las mismas puertas y los mismos pisos. Lo único que cambia, acaso, es el silencio que sustituye al bullicio dominical del público y la ausencia de esas calurosas lámparas fomentadoras de migraña y las cámaras sin encender.

El corazón se le quiso salir del short de tirantes y la camisa floreada cuando miró que el joven abría una de esas tres puertas, pasadizos mágicos para las amas de casa y los niños que ganan premios cuando las leyes de la lógica y la probabilidad están de su lado.


—¡No! ¿Qué estás tramando? —dijo el viejo mientras buscaba la mirada del hombre rollizo que le anudaba el cuerpo con una soga.


—¿No lo ves? Te voy a emparedar —respondió parsimoniosamente mientras seguía amarrando al viejo. —“Adiós supermán, bye, bye, bye, bye…” —continuó cantando.


—Debe haber alguna forma de arreglar esto: no sé, con un trabajo. Dinero… ¡Sí, eso: dinero! ¿Cuánto vale toda esta locura? Puedo darte lo que quieras, sólo es cuestión de…


—¿Cambiar tu vida por la catafixia?


XAVIER LÓPEZ “CHABELO” ES HALLADO muerto. Tras cinco días de búsqueda, al fin fue encontrado el actor y conductor del programa “En familia”, lamentablemente ya sin vida en las locaciones del foro dos de Televisa San Ángel en lo que se presume fue un emparedamiento.

Según los informes de la PGR, el cadáver del actor presentaba rastros de asfixia en la cara y en el cuello, así como algunas quemaduras de primer grado en brazos y piernas, por lo que sospechan que se haya tratado de un asalto por un principiante.


El cuerpo del actor será sometido a una rigurosa autopsia al término de la cual será trasladado a las capillas funerarias Lomas Memorial, donde ya lo esperan miles de fanáticos, compañeros de la ANDA, su esposa y sus hijos.


Un shock nacional ha causado la muerte de…



APAGASTE EL TELEVISOR. ¡QUÉ bueno es estar rodeado de las gentes que de veras sí son gentes!, dices mientras abres una lata de cerveza. Tu enorme panza no te impide hallar tu celular que suena desde hace medio minuto. Es Ramírez, dices, aliviado, y contestas.


“¡Acabamos con el Chabuelo! Te sacaste un diez, cabrón, tu plan ha sido perfecto: sobornar a media PGR para que den ese informe oficial (y darte a la tarea de hallar a todos los deudores infantiles del viejo) no tiene madre. ¿Qué se va a hacer, a dónde vamos a festejar?”. La voz de Ramírez ya suena borracha.


A ningún lado, es muy noche, le dices y cuelgas. Te desplomas en tu sillón viejo, el de Muebles Troncoso, el que te heredó tu madre, el que se ganó en aquel concurso de En Familia, justo el día en que tú…


Un grito desde las entrañas inunda todos los oídos del edificio donde vives.



ESTÁS SUDANDO. PRONTO VAS A ENTRAR a escena. Tantos miles de mexicanos que te verán hoy por la televisión. Ojalá Raquelita te esté viendo, tú le dijiste que el domingo serías famoso. Y aquí estás. Tu mamá se empeñó en mandarte cortar el pelo y ahora pareces un polivoz en chiquito. Y esa camisa tipo Polo nomás no te acaba de gustar. Para colmo, los pantalones te quedan apretados.


Es la hora: el Señor Aguilera te ha presentado en el concurso y tú brincas feliz de estar en cadena nacional al ritmo de tus tetas tambaleantes. No te habrías dado cuenta de que tienes tetas de no ser porque el señor de overol corto se ha empezado a reír de ti.


Por quinientos puntos: ¿cómo se llama esta canción?


“¡Ciérrale, ciérrale!”, es lo único que escuchas, como en espiral, mientras vas perdiendo el juego. Se te han olvidado la geografía, los títulos de las canciones de moda y hasta cómo te llamas. “Miren, cuates: aparte de parecerse al gordito del comercial del agua, ¡tartamudea!”. Esa odiosa e impostada voz, te dices.


Perdiste el juego, casi te pones a llorar al salir del escenario, de no ser porque tu padre ya se está poniendo al tú por tú con el Chabelo. Tu mamá llora de histeria y le suplica a tu padre (ella está mal de la cabeza: ¿por qué no apoya a tu papá?, te preguntas) que ya deje de hacer números.


El señor de overol corto te asusta con su voz gruesa. Ahora que lo ves bien, ni es tan simpático: ¿Por les qué pediste a tus papás que te llevaran a verlo como regalo del día del niño? “Todo ha sido un error”, le dice el conductor a tus papás. Tenga, señora, un boleto de la suerte.


—¡Pero no estamos pidiéndole boletos, señor…! —dijo tu papá, con las mangas de la camisa aún arremangadas.


—¿Y esto, para qué es? —pregunta tu mamá.


—Guárdelo hasta el final del programa. Le conviene.


LLEGASTE Y ARRUMBASTE LA MOCHILA en el nuevo sillón de Muebles Troncoso. Tu madre te regaña: así no duran las cosas. Las cosas deben cuidarse para que perduren. “Son como los sueños, ¿sabes? Si te mantienes firme en tus sueños, éstos se lograrán. Ya ves yo, tanto que quería tener una salita nueva y ya la tengo… Obviamente no fue gracias a tu padre, sino a los sueños, mijo, ¡los sueños!”.


No contestas, pero comienzas a soñar despierto: ¿Se podrá matar al estúpido que te ha dejado en ridículo frente a Raquelita y tus amigos de la escuela?


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