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jueves, 23 de febrero de 2012

¿Twitliteratura?

Hace unos días, el escritor Salomón Derreza me pidió una definición del twit dentro del contexto literario. Después de pensarlo varios minutos (estamos de acuerdo que los twits vienen y se van con una rapidez que sólo puede explicarse como complementaria de su valor efímero en el intelecto humano), se me ocurrió decir esto:

"Dentro de las construcciones literarias, el twit intenta ser reconocido (o mejor dicho, la gente intenta que así sea) como el hermano menor del haikú, del microrrelato y del aforismo. Su obligado carácter sintético pareciera ser que lo coloca como el símbolo representativo de una sociedad cansada de pensar en períodos largos, pues no tiene otra alternativa excepto la de condensarse a sí mismo para explicar que vivimos los tiempos de la síntesis del paso, el pensamiento y el registro de otros hombres más grandes. Así, el twit se muestra a sí mismo como el vestigio simplificado de lo que el hombre fue capaz de construir a lo largo de los veinte siglos de la era que nos atañe: no cuenta una gran historia, no emula una gran belleza (ni visual ni auditiva). Pero es lo que el hombre actual puede hacer, en tiempos del fast creation (por llamarlo de alguna manera). Es el culmen de la noción de lo efímero que filósofos y creadores del siglo XX estudiaron con ahínco. Un culmen logrado no gracias al desarrollo intelectual o al reposicionamiento de los valores estéticos en los últimos cincuenta años, sino más bien de una dinámica de intromisión tecnológica que a todos nos trae de cabeza.

"Dicho todo lo anterior, probablemente sea la característica democrática del twit lo que lo convierte en la nueva forma de expresión cultural y artística, entendiendo siempre que nos referimos a un arte menor".

Cuando terminé de escribir esto, pensé si no habrán dicho lo mismo de las creaciones literarias populares (pienso en un cantar de gesta, por ejemplo) de antaño... Luego, medito y me digo: "no, esas cosas por lo menos -sobre todo, quise decir- tienen una extensión que les da profundidad.

¿Estoy mortificada ante el boom del twit entre la gente? No. Toda creación responde a un contexto social y vivo en él (lo que significa que sí, escribo twits). Que si me preocupa la pérdida del conocimiento humano de siglos atrás, tampoco: siempre existirán los libros que hablen de él, o, por lo menos, los libros que citen a los libros que hablen del pensamiento humano. ¿El twit será la nueva literatura? De verdad espero que no, las nuevas generaciones son dignas de recibir algo más de sus padres que microhistorias y micropoemas en 140 caracteres. Que si el twit permitiría en un momento dado la apertura hacia el cambio lingüístico semiótico, es de risa. Huidobro jugó con el sonido mediante una sólida propuesta de ruptura del lenguaje. Quien twitea creyendo construir la obra totalizante del siglo XXI está en un error que va más allá del lenguaje: es un megalómano que padece el vértigo de los tiempos (es curioso, siempre se habla del vértigo de los tiempos y el tiempo avanza... Bueno, eso ya es otro tema para otro día).

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