Ésta es la rapsodia del asfalto y del viento acariciando la grieta del nómada. Aquí se respira la alegría efímera de los feligreses que mudan su rutina de la fábrica al centro comercial. Fanfarrias de serafines, su algarabía es tal que hasta sonríen los pinos en su sacrificio por un par de mejillas rojas de infantes que deben creer en algo porque quizá mañana será un poco tarde.
Ésta es la rapsodia de quienes tienen el derecho de reír con la vida y no al revés.
Cooperacha de a peso por la libertad de expresión
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