El placer del placer implosiona en sus paredes, dotándole al humano la capacidad de desnudar al silencio y quedarse con él para admirar el proceso de la nota y el barullo.
El placer del placer no es un tema filosófico, es un canto que inicia en la propia lengua.
El placer del placer se constituye a sí mismo como recurso inagotable, cuando pasa de mano en mano a través de todas las historias, a través de los tiempos ya muertos.
El placer del placer es escribir estas letras, por el simple gusto del tacto de mis yemas con el teclado del "ordenador".
En Afrique, les limites de la « diplomatie commerciale » de Donald Trump
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Depuis son retour au pouvoir, le président américain tente une nouvelle
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Hace 2 horas
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