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viernes, 27 de mayo de 2011

Notas en un bar

1.

Las copas brillan, brindan, se abandonan en la lengua. La música de mi adolescencia comienza a ebullir en el agua mineral que me bebo a sorbos, casi igual a como lo he hecho con la porción de mundo que me corresponde por derecho de nacencia. Todo es inmensamente claro bajo la luz mortecina del bar...

Por un instante, siento o creo capturar a la dama evasiva. Hola, señora Felicidad, ¿gusta una copa de mi vida?



2.

Nuevos ricos (eso dicen ellos). Trabajadores que vienen a presumir lo que ganan durante sus ocho horas diarias de obediencia sin-chis-tar:
-Ya lo dijo Dios: ganarás tu cerveza con el sudor de tu lap-top -parecen decir entre indios y victorias (es extraordinaria la analogía y conclusión históricas que pueden establecerse a partir de dos cervezas: en México, los indios y las victorias sólo se hacen presentes en forma etílica).
Recuerdan, igual que yo, que fueron jóvenes (o mejor dicho, no quieren admitir que ya dejaron de serlo) mientras tararean las rolas livianas que todos sabemos a la mitad, porque la otra mitad nos flota entre las costillas, cada vez que abrimos la boca para agarrar aire y seguir.
Intuyen, como yo, que son horas de indulto humano lo que festejamos aquí, mientras desdoblamos, sobamos y alargamos la servilleta de papel como si fueran nuestros memorables, buenos días.


3.

Te espero en el bar entre el barullo de los grupos que sí saben acompañar la soledad que regala el mundo, dos guitarras a punto de cantar Amanda de Boston y mi mesa para ocho personas con dos sillas ocupadas, una, con mi bolsa roja; la otra, con mi cansancio de un día raro. Cruz Azul va ganándole al Morelia. Los aficionados hacen un teatro excesivo, que bien valdría la pena compartir con alguien como tú, pero qué más da. Va ganando Cruz Azul y con eso basta.

Te espero en el bar. Ya me hago ideas de conjunto: ¡qué bonito, amar! ¡Qué risa, qué divno, te quiero!... y un beso en la frente. El estatus del feisbuk con tu nombre ("fulanita de tal tiene una relación con..." y tu nombre ahí puesto). Las fotos cursis a futuro que no dirás lo feliz que te encuentras viviéndome.

Bajo la tenue luz, mortecina luz de bar, le pido constantemente a Dios que tú sí seas una espera que acarree algo más que una lámpara de neón frustrado.

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