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miércoles, 15 de julio de 2009

Una reflexión al vacío de...

Creíamos en la autosuficiencia de las estrellas
porque aún no nos calcinaba la piel este Sol
que se nos cae encima...

Poco o nada se puede hacer en un día como el que hoy tuvimos, con un sol extremadamente picante, de esos que no conviene siquiera mentar. Pero aún así prefiero diez mil millones de veces a la primavera y al verano que a los odiosos otoño e invierno.

Terminando de desempacar ya todo, me siento en la puerta de mi casa a ver empollar de nuevo a la golondrina. Me pregunto si no le fastidiaría el foco encendido a las ocho y media de la tarde, así que lo apago. Me pareció ver que estaba agradecida con el gesto.

No salí. No me hizo falta. Estoy recuperándome de mi viaje a un páramo que hace tres años era más afable que ahora. Sí preocupa la inseguridad a nivel nacional, pero preocupa y duele más la gente que la vive. Es fecha que no me repongo de esas tres niñas de la casa hogar. Me preguntaron si podían venir conmigo, y yo les dije que no podía llevármelas a casa; luego me preguntaron si alguna vez yo iba a regresar.

Y yo les dije que sí, pensando que así sería. Pero al pisar el umbral de mi casa y ver mi monedero, me di cuenta que me he unido a la red más inmensa de mentirosos. Quiera Dios que no sea así...

No se me ocurre nada para decirles en esta ocasión. A veces el silencio es bueno para transmitir un momento filial con quienes aún tenemos un poquito de esperanza en que esto va a cambiar y no precisamente por nuestros gobiernos, sino por las acciones civiles -tener una sala de lectura, por ejemplo- que sean totalmente positivas y dejen de lado los egoísmos y las adicciones al poder.

Les mando un beso. Lux.

4 comentarios:

Moka Hammeken dijo...

Yo creo que todos (o bueno, en realidad muchos) andamos igual con el corazón remendado o apretujado.

Hay situaciones que no dejan de pasar y ya anda uno con el "ojito Remy" (¿te acuerdas de esa caricatura?)muchas veces más por la completa impotencia, que por otra cosa.

Te entiendo y eso quiere decir una verdad muy cruda... por eso "no quiero crecer nunca" seguir siendo infantil jajaja.

Un beso

Moka Hammeken dijo...

Namasté

Marlén Curiel-Ferman dijo...

Mo Ka!

Si estuvieras más cerca a lo mejor no nos entenderíamos tan bien las melancolías y las ideas en general. Leerte aquí es como una catarsis: puedo ver que lo que siento es porque estoy viva y siento.

Acá los calorones están por las mismas (digo, en Saltillo, llegar a los 38ºC es una cosa espantosísima), pero yo bendigo el verano porque me permite moverme, danzar al viento y ser.

Sinceramente no sé si lo haría igual si viviera en Puerto Peñasco.

Mil gracias por visitarme. Te mando mil besos y abrazos-luz.

Moka Hammeken dijo...

Si vivieras en Peñasco, probablemente nos lanzaríamos al mar, con algunas bebidas refrescantes...

¡Saludos!