Qué pinche fea está la calle de Pérez Treviño, pero cómo la amo. Haber caminado hoy a la una de la tarde entre sus puestos y su gente acalorada y llena de música (literalmente) me hizo sentir que aún hay cosas por las que se debe mantener la vida.
Cada que pierdo los recuerdos de la joven esperanzada, ilusionada que fui, voy a esa calle a recuperar los taconazos de mis veintidós, a comprar chucherías para luego regalarlas al tiempo, a visitar los olores varios que ahí se gestan. Y todo vuelve a la normalidad...
First Wap, la discrète entreprise de cybersurveillance chargée de suivre à
la trace journalistes, personnalités et cadres dirigeants
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Peu connu du grand public, ce vétéran du secteur vend depuis plus de
vingt ans une solution de géolocalisation, y compris à des régimes
autoritaires. Parmi...
Hace 3 horas
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