Qué pinche fea está la calle de Pérez Treviño, pero cómo la amo. Haber caminado hoy a la una de la tarde entre sus puestos y su gente acalorada y llena de música (literalmente) me hizo sentir que aún hay cosas por las que se debe mantener la vida.
Cada que pierdo los recuerdos de la joven esperanzada, ilusionada que fui, voy a esa calle a recuperar los taconazos de mis veintidós, a comprar chucherías para luego regalarlas al tiempo, a visitar los olores varios que ahí se gestan. Y todo vuelve a la normalidad...
Pascal Canfin, eurodéputé : « Personne parmi les progressistes ne pourra
gagner seul l’élection présidentielle »
-
L’eurodéputé annonce la création d’une plateforme de dialogue ouverte à
tous les « progressistes », pour tenter de trouver des consensus sur des
sujets cli...
Hace 1 hora
No hay comentarios:
Publicar un comentario