A este cierre de mi primer año en la escuela de Letras Españolas. Un año donde pude concretar mi sueño. Un año donde conocí gente extraordinaria (y non grata, también). Un año donde comprobé por enésima vez que los chavos tienen ganas de ser alguien, y no algo más. Sí hay arte, señores. Y sí hay creatividad. Y el que no me lo crea, que venga y le muestro...
Gracias a mis profes por las tareas que me sacaron canas verdes, me regalaron otro poco del amor por el arte, me dieron madrugadas y me enseñaron. A Carmelita por el cañón y por su paciencia. Y a las hamburguesas de El Lobito.
Gracias a mi familia, que me apoya aguantando a esta loca que les aterrizó en su azotea hace 26 años.
Gracias a la vida, porque bien pudiera estar en algún otro lado.
Y citando al Cerati: gracias por venir.
Une simplification de la fiche de paye jugée en trompe-l’œil
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Bruno Le Maire souhaite clarifier le bulletin de paye en réduisant son
contenu à une quinzaine de lignes. La démarche suscite de la perplexité,
voire des c...
Hace 52 minutos
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