Habría comprado, entre otras cosas, las fotografías de Diego Rivera que se quedaron sin vender en una subasta. Y todo por ver a la Kahlo y al muralista con ojos de sapo.
También compraría varios sueños inocentes que duermen en el asfalto.
Un lunes para que nunca llegue porque ya es mío y lo tendré enjaulado.
Inspiración para conservar la calma en tiempos de escándalo.
Y ese fonógrafo perdido de la familia de mis abuelos... para ver si los conozco un poquito, aunque sea a destiempo.
Notas al vuelo en el Pa’l Norte
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El sol deseca los huesos. Abrasador desde el mediodía. En la fila, antes de
las dos de la tarde, los pájaros madrugadores. El festival Pa’l Norte atrae
de ...
Hace 2 días
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