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jueves, 6 de agosto de 2009

Bon voyage

Hay días en los que me asomo y solo un grupito de nubes me recibe. Las galletas saben a cereal del gallito, los ojos parecen como llenos de arena por la alergia y no dan ganas de escribir demasiado. Son días que se vuelven aniversario no feliz: decirle hasta pronto a un ser querido -cuando no pululan muchos seres que puedan ser llamados así- y regalarle paliacates bordados como si fuera una esperanza para detener el tiempo o cambiar el destino no es fácil.

Dan ganas de callar a tus vecinos reguetoneros y ver la tele sin pensar mucho. Dan ganas de ser dios y entender que los caminos se cruzan y luego se borran. De ser feliz para festejar lo que el otro va a emprender, porque es importante para su propio ser.

Y al final siempre termina una manifestándose en agradecimiento y con cierto dejo de resignación: nadie es dueño de nada, y todo en esta vida debe fluir.

Feliz viaje, Leticia. Como lo dije en la postal, el tiempo es uno solo y muy pronto hemos de reunirnos de nuevo aquí (aunque sea a estas horas, en mis recuerdos).

3 comentarios:

Moka Hammeken dijo...

Ánimo chica.

Un fuerte abrazo.

Geovani de la Rosa dijo...

dos notas me gustaron: decirle adiós a un ser querido, cuando no pululan muchos seres que puedan ser llamados asi... y entender que los caminos se cruzan y se borran... nunca estamos en los mismo lugares, con las mismas personas, nada es igual que ayer a pesar de que sea algo cotidiano... se cuentan historias pero cada vez que las narras, las escuchas o las lees las entiendes de distintas maneras...

Marlén Curiel-Ferman dijo...

Gracias, Mo y Geovani! SOn un amor. Besos.