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sábado, 28 de febrero de 2009

Arenita en la boca

Y en los ojos y en las galaxias perdidas de esta que lava en medio de la tolvanera del último de febrero. Aquí en Saltillo es bien clásico que pase eso, sobre todo ahora que más que valle es desierto: el invierno se niega a largarse y pelea a muerte con el aire tibio de la primavera que está por llegar.

Las ventanas me ponen de nervios cuando esto pasa: parecen soldados que quisieran irrumpir en mi privacidad, un demonio atolondrado que se niega a seguir las normas protocolarias que indican que no puede pasar "porque este hogar es cristiano"...

Lo que da más hueva, es tener que barrer todo el bendito patio después de la algarabía eólica.

Unos googles para andar en el patio, eso sería una buena idea.

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