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martes, 3 de febrero de 2009

Más vale el diablo por gringo que por diablo...

Resulta que el ex presidente George W. Bush se curó en salud haciéndoles firmar a varios de sus más allegados colaboradores una especie de indulto a perpetuidad, en donde se niegan a dar información alguna ante el Congreso sobre las actividades que realizaron en su nefasta administración en la Casa Blanca.

Por supuesto que el ex presidente firmó también dicho documento, el cual parece ser que trae de cabeza -de los pelos también- tanto al Congreso como a los tribunales de EE.UU. y al equipo legal de Barack Obama, quienes deben determinar la posición jurídica de estas personas.

Es increíble que en un país tan grande el sistema jurídico no prevea los casos de anulación de ciertos actos jurídicos por ser totalmente meritorios de ser acreedores de un proceso legal justo y a profundidad. También resulta desesperanzador ver cómo un papel firmado en tiempo sea visto como un obstáculo para procesarlos legalmente, ya que si bien es cierto que firmaron aún teniendo las potestades legales para hacerlo como parte de la administración de la Casa Blanca, lo cierto es que ahora ya no tienen un puesto legal y/o administrativo que les mantenga el fuero (blindaje feliz para los políticos) que obviamente ya no tienen por haber terminado ya su mandato legal.

Y mientras tanto, todos ponemos los ojos ante el tribunal internacional, el cual parece estar de brazos cruzados ante el desconociemiento total que el ex presidente Bush hizo de tal instancia.

Es algo así como si el jefe de una pandilla desmadrosa dijera que no acatará la ley nomás porque es Juan Camaney...

Qué tristeza...

1 comentario:

J dijo...

Todo lo que toco ese señor se hizo triste, pero esperemos que la memoria colectiva no lo olvide, debemos aprender de ello...

-J