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martes, 28 de abril de 2009

XX años

Hoy cumples veinte años y nadie te dará un abrazo. Ayer todos te escribimos a través de nuestro lazo sanguíneo, la PC, un Happy Birthday que no suena igual. Los emoticones sustituyen la voz de los de dieciséis, pero a los que tenemos más de veinte entendemos que un beso y un abrazo reales saben mucho más lindo, porque los hueles, los sientes, los escuchas. Pero un beso con emoticón y pastel emoticonado...

Lo sé: suena a patada de mula en orbe desierta. Suena a beso con olor a cubrebocas. Conozco y reconozco tu cara porque en ella alguna vez me vi. Porque así se miran todos los que tienen veinte años: se tragan el mundo literalmente. Juegan con él, lo ensalivan, lo acarician, lo patean, lo escriben y lo lloran.

Pero hoy nadie te dará un abrazo. Si supieras que a mis veinte sólo tres personas me dieron uno, no me lo creerías. Y si lo crees, no le pondrías la más mínima atención porque no fue tu culpa.

Y tienes toda la razón.

Algunos elegimos las circunstancias porque nos gusta experimentar. Pero hoy, precisamente hoy, que tú y todas las células universales que se dispersaron el mismo día que naciste, me duelen las malas elecciones de mis células dispersas en edades distintas. Verás, después de los veintincinco ya no sólo piensas en tí. Porque eres tú pero eres todos. Y los todos que a mí me tocan te han dado un feliz cumpleaños sin abrazo. En tu vigésimo aniversario.

Si te digo que el tiempo se para a merced de quien lo paladea, me cerrarías la ventana presionando la tachita en la esquina superior derecha. Pero si te digo que el martes dentro de dos semanas seguirá siendo tu cumpleaños porque así debe ser, porque así queremos hoy, tal vez sólo sientas que hoy es un día para ver youtube o para leer lo que hemos sido y no nos acordamos hoy.

Hoy cumples veinte años. Dices que has vivido poco y que te sientes vieja. Yo te dije que habías viajado mucho y te quedaste callada. Que te llamabas flor y no veinte años, y te reíste. Pero es verdad. Yo también tuve veinte años y me asomé por la ventana para ver qué había. Recuerdo sólo haber mirado los dos primeros años porque el resto era para mí muy lejano. Creí no haber viajado tanto y una mañana a los veinticuatro me sentí muy cansada por el trayecto que hice desde el Hogar hasta este mundo azul raro. Todos lo hacemos. Todos viajamos. Tú también viajaste desde allá.

Te dije que no intentes correr y me pareció verte ya las rodillas raspadas. Eso es lo más interesante de los experimentos. A todos nos dicen lo mismo y todos vemos cuando al que aconsejamos se cae. Disfruta el porrazo. Disfruta el llanto melodioso que sale de tu cuerpo cuando te sientas vencida. Pero sólo ese momento. Si lloras otro poco, llorarás después por no haber reído y madrearte a gusto en las siguientes secuencias.

Si me preguntas en cuál secuencia estoy, te diré que ya perdí la cuenta. Y no, no estoy nada vieja como para padecer alzheimer. Precisamente por eso, me he olvidado de traer puesto un reloj. Quiero un día amanecer arrugadita un día y reírme del desmadre que me tocó por personalidad. No sé tú, pero la felicidad y el tiempo y la juventud mezclados son un albur. A mí me gusta alburear, no que me albureen. Prueba y verás que es cierto.

Por último, cuando te diga que eres ave y eres grande, no me retobes. No soy tu madre y aunque conozco una de tus caras, te juro que no lo sería. No sería muy lógico pensar que puedo guiarte con mis veintiséis. En seis años se vive un sexto más de lo que has vivido tú, pero nada más. Si te pido que no me retobes, es porque yo ya lo he hecho. Y por cada vez que he retobado, me ha costado un poquito más volar tan alto como al principio. Siempre se logra. Se logra porque uno lo cree y lo crea. Así que no me retobes otra vez.

Hoy cumples veinte años. Y nadie te dio un abrazo. Pero te quedan 364 días para celebrarlo también.

Feliz cumple.


Para Eugenia y para todos los chicos mexicanos que hoy cumplen años y no podrán salir.
El enclaustro es del cuerpo, no de la mente.

2 comentarios:

eugenia dijo...

hola!!!
muchas gracias MArlén... me dejaste pensando en muchas cosas. Los XX suelen confundir y cegar, pero yo te escucho porque sabes qué pasa y tienes una visión distinta de las cosas.

Me quedé sin muchas palabras porque hoy, en medio de todo este caos, fue un día lleno de sorpresas. La vida nos lleva en su corriente y nunca sabremos que nos tocará, creo que esa es la prisa de todos por correr...

Fue raro ver llegar a la gente con cubrebocas, con paranoia, miedo, indesición. Pero ahi estaban.

Gracias, Marlén por animarme y darme siempre fortaleza.

Neta que este fue un gran y muy original regalo.
Espero que me sigas dando consejos y aprender mucho de ti!!

snifff

Cuidate mucho!!!
TQM

Gracias...

Marlén Curiel-Ferman dijo...

Híjole, ahora la muda soy yo.

Más que aprender de mí, quiero conservar lo bello que ha sido vivir. Y por eso tú eres mi profe (al igual que todos mis alumnos-engendros).

Ya le había dicho esto a una persona muy especial para mí(sin agraviar), pero venga otra vez: "Nada es para siempre". Principio tibetano.

La vida es dulce para quien es dulce con ella, aunque a veces se resista la muy cabrona.

Un beso.