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martes, 13 de enero de 2009

Martes 13

¡Que la gente supersticiosa se guarezca en sus casas! El martes 13 (el primero del año), está aquí.

Algunos dicen que es el viernes 13 el malo. Yo más bien digo que ninguno de los dos lo es.

El palomo, el carro de la familia -que ahora es mío-, llegó un viernes 13 de noviembre del 93. Una amiga se ganó trescientos pesos en los raspaditos, un martes 13 de marzo del no me acuerdo. Y así como esa, hay muchas historias que creo son más positivas que negativas. Como también las hay -y son su mayoría- fechas de treces en martes y en viernes en que no pasa nada de nada.

Pero si nos ponemos algo misticones -lucha libre no-, el trece es un número algo espiritual: representa la maestría en el espíritu, la llegada de una nueva oportunidad para creer en paradigmas distintos, renovados e incluso desconocidos por nuestros humanos ojos. Chuy y sus doce compadres en total eran 13. Osiris, el destazado, juró traer amor a la humanidad entera cuando Isis uniera sus trece fragmentos.

Los gringos se saltan el piso trece porque son unos idiotas. Pero los que aún tenemos alma, podríamos pensar que el trece -al igual que todos los números hasta el maravilloso infinito-, es una alerta para ser distintos. O al menos, para dejar de ser crueles, orgullosos, egoístas, obsesivos y rencorosos.

La luna está maravillosamente llena, además. Está como para cantarle a la tierra un "sana, sana, colita de rana", luego de tanta bomba, AK's 47 y torpedos de infamias verbales.

Los quiero mucho, prometo andar menos agridulce en estos días (no menos bocona, eso sí).

Besos!

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