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miércoles, 29 de octubre de 2008

De uñas

Esta noche es más bien insípida. Por eso me pinto las uñas de rojo carmesí. Tenía años de no pintármelas. De niña solía ser bastante coquetona. Así llegué hasta la prepa, incluso durante los dos primeros años de la carrera, me daba mi tiempo para arreglarme las manos con un riguroso ritual que ahora con sólo evocarlo me da sueño.

No sé para qué me pinto las uñas. Debe ser para no pensar en la noticia nacional que a todos nos trae de cabeza y en la boca de otros allá afuera. Debe ser porque me vi muy dejada y pienso que pintándome las uñas me voy a rescatar. O a lo mejor porque no me quiero dormir, y el olor a esmalte es una buena excusa. O porque quiero ser femenina... no, eso no se desea ser, se es y ya.

Me pinto las uñas porque traigo ganas. Iba a pintármelas de morado, pero no quiero que me confundan con jalogüina. Me pinto las uñas para ver si rescato formas evocables que no me hagan sentir un hoyo en la panza. Me pinto las uñas para que se me despinten por el descuido que seguramente les daré: no soy la de antes, definitivamente. Mi tiempo tiene otras prelaciones, como escribir este estúpido post porque no tengo nada mejor qué hacer a esta hora...

2 comentarios:

Marcelo Dance dijo...

Como diría Charly García: te las pintaste en color ROJO "Señora de su casa" ó ROJO "Prosti"???
Un beso Marlenucha!

J dijo...

que bien aunque dejemos ciertas actividades de lado nunca esta mal volver a ellas y redescubir por que lo haciamos o porque lo dejamos...

-J