PREÁMBULO A LAS INSTRUCCIONES PARA DAR CUERDA AL RELOJ
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno colorido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo de áncora de rubíes; no te regalan sólamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio de la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad ed que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia a comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a tí te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
Julio Cortázar
Historias de cronopios y famas
Bonne inice du semaine!
Historias de cronopios y famas
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2 comentarios:
caray, ante ese panorama saldre corriendo la siguiente vez que al quitar al envoltorio se asome alguna manecilla...
-J
regalame un reloj mar. Envuélvelo en el tiempo que se ha ido. casi un siglo. eso siento que he vivido. y dejemos que transcurran los otros tiempos sin siquiera verle las manecillas ni conformar huellas en la arena que cuenta los segundos frente al mar de la vida...
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