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sábado, 4 de octubre de 2008

Y el premio nobel de literatura es para...

¿A quién fregados le importa el nombre del nuevo premio nobel? Tengo la rara sensación de que se está convirtiendo en el primo hermano de los óscares. Se premia a veces el activismo político realizado por los escritores... ¿y las letras?

Luego pasa que se lo dan a seres que viven en países que sufren mucho. Como si el premio nobel de un escritor le cambiara el panorama a la población a la que él pertenece. No sé, como que este premio no tiene mucha credibilidad frente a mí: prefirieron dárselo a Octavio Paz (y que me perdone México por mi alta traición a las letras mexicanas) que a Jorge Luis Borges... Mientras Paz se la pasaba haciéndole correcciones a sus poemas veinteañeros, Jorge Luis Borges creó un mundo ficticio perfecto, tal es el caso de su libro Ficciones, de cuyo contenido alabo el cuento Tlön Ukbar, Orbis Tertius. Le dio, también, voz a seres mitológicos; le cantó a los espejos y a los gatos. Y nunca estuvo ni a favor ni en contra del sistema, porque estaba muy entretenido con su obra.

En ningún momento estoy diciendo que sea malo o inapropiado que un escritor defienda ideales políticos. Creo que es hasta saludable que lo haga, porque finalmente un escritor tiene mayores fundamentos que un simple fantoche. A lo que me refiero es que muchas veces se pasa por alto la calidad de la obra de un autor porque resulta que es más carismático en el ámbito político, sea porque se convirtió en víctima de su sistema, o bien porque logró liberar a una parte de su pueblo de aquél. Sería recomendable, en todo caso, que le dieran un premio nobel de la paz o algo así.

Un premio nobel de literatura debe premiar letras. Contenido. Un cuento puede ser mucho más hermoso y estético que una novela de denuncia social. Y si se le diera el nobel al primero, no estarían contradiciendo a la literatura y sus fines, puesto que la finalidad primordial de ésta es, precisamente, el manipular el lenguaje a conciencia para formar una obra cargada de un valor estético, armónico con la estructura del género a la que pertenezca.

Hacer literatura es, entonces, crear mundos a partir de las palabras. Entonces no siempre es imperativo que se denuncie con florituras o galimatías. A lo mejor lo que se necesita, es hacer mundos paralelos que lleven a soñar al lector con un mundo más confortable que el que vive normalmente.

Yo por eso prefiero ver a quién le dan el Cervantes. Ése como que aún no está tan vendidote... y creo que sí respeta el valor del esteticismo armónico en la literatura como una de las bellas artes.

Y si estoy en un error, ¡¡pues me vale!! No se crean, se aceptan refutaciones, bien argumentadas, claro...

3 comentarios:

sarah dijo...

Posiblemente tengas razón. de ahí que cuando leamos un Nobel suela decepcionarnos porque no encontramos ese mundo estético de creación del que hablas y no nos parece estar a la altura del galardón.
un saludo

jaime estrada dijo...

Marlen.

Te agradezco infinito tu correo, es un gran honor recibir tu mensaje, de verdad que me tienes sorprendido con la belleza y abundancia de tu poesía, seguramente vas en camino de ser la mejor poetisa de México.
Visité los tre sitios que mencionas en tu biografía de diasiete.com y me sorprendieron gratamente, las fotografías que incluiste reflejan belleza e inteligencia.
Eefectivamente vivo en Guadalajara y es una bonita ciudad, aunque sus problemas se van agravando.
Ojalá pronto puedas visitar este ciudad y llenarla de tu poesía y tu luz.
Un fuerte abrazo
Jaime Estrada

Marlén Curiel-Ferman dijo...

Jejeje, Gracias, Jaime!

No sé si llegue a ser la mejor poetisa. Lo único que sí sé es que quiero ser una mujer feliz. Y las letras me ayudan bastante en mi cometido.

De las fotos... te diré que ya casi no me parezco. Pero, como lo dice el título, es pura egolatría de la buena.

Y de Guadalajara, qué te puedo yo decir! Me arropó cuando nadie más lo quiso hacer. Me dio amistades que no volví a tener. Fue un honor para mí vivir ahí.

Espero ir muy pero muy pronto. Tengo mucho qué contarle a sus paredes, tras siete años de no ir a verla.

El honor siempre será para mí. Gracias por leerme.

Recibe un abrazo, Marlén