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jueves, 23 de octubre de 2008

Del IMSS, mi carnala y las ojeras de la que escribe

Me siento cansada. Si digo que ando como si nada, el espejo se reiría de mí. El estrés y la impotencia se delatan en mis ojeras de perro hush y en los pelos parados que ni con cinco cucas puedo sujetar...

Y aún así, me lanzo a la aventura de vivir lo que supongo no he vivido porque todavía no llega. Hoy me vi una arruga de más en la frente: los 26 se acercan, un silencio se me hace agua en los ojos.

Hoy es el día del médico, y mi carnala cumple años. Doble felicitación para ella -quien, a diferencia mía, se veía radiante como el angelito que es-; mejor dicho, triple... ya luego les contaré las peripecias que realiza cada fin de semana en la jornada acumulada en el IMSS en Urgencias, sin instrumentos ni medicamentos para trabajar bien (yo le llamo chinga acomodada, porque siempre me la regresan como oblea remojada en café con leche de melamina). Lo mismo atiende infartados que baleados y niños con conjuntivitis. Incluyen mujeres en la premenopausia, hombres con gonorrea, adolescentes con abortos fallidos que llegan nomás de puro milagro, niños hiperactivos con los brazos quebrados por querer jugar a ser supermán.

Alguna vez le pregunté a qué se habría dedicado de no haber elegido medicina. "Mmmmh... yo creo que habría sido doctora". Eso es tener vocación.

2 comentarios:

jaime estrada dijo...

Hermosa Marlén:

Me quedó clarísimo lo que me dices, de cualquier manera te agradezco de corazón que me hayas avisado de la publicación del comentario.
Te felicito por tener una hermana que salva vidas diariamente y sobre todo por que es su vocación, necesitamos en México muchos médicos así.
Un abrazo

Jaime Estrada

Marlén Curiel-Ferman dijo...

Gracias, Jaime, por tus palabras.

Buen viernes... un abrazo.