Sucumbí al Facebook:

jueves, 9 de octubre de 2008

Rugir-morder-estallar

¿Por qué a algunas personas les gusta frenar el curso de la vida? Si eres joven, porque eres muy joven; si eres viejo, porque estás muy viejo. Los prejuicios siempre han de ser el eterno enemigo de su servidora. No es el tiempo. Tampoco es el dinero. El prejuicio, señores, eso es lo que siempre me ha mortificado la vida.

No entiendo cómo la libetad a veces se coarta por comentarios ajenos. Es estúpido querer restringirle la vida a alguien, aún y cuando se le quiera prevenir. Finalmente, quien viene dándose el chingadazo, es uno mismo y no el que te aconsejó que te alejaras o te privaras de equis o ye circunstancia.

No me interesa saber si es bueno o es malo lo que pienso, siento o hago. No le he preguntado a nadie su opinión, así que no necesito que me den comentarios (lo digo por quien se ha atrevido a hacerlo). Yo no le digo a los demás cómo vivan su vida. Me fastidia que los demás piensen que por ser pasiva y "normal" se den el permiso de venir a decirme cómo conducirme ante los demás, ante mí misma, ante esta vida rara.

Esta tarde me increparon dos personajes importantes en mi vida. No tuve valor para preguntarles "¿y a tí qué cuernos te incumbe esto?". Ni modo, luego por eso dan las gripas... Pero prefiero evitarme peleas. Odio pelear, sobre todo porque sé que saldrá perdiendo el otro. Yo jamás pierdo. Eso se lo debo a mi signo solar: bélica por antonomasia... sólo cuando me buscan e inevitablemente me encuentran.

Y para acabarla de fregar, hoy sólamente fui a la escuela a tomar tutorías de media hora. El resto de la tarde fui un punto extraño en mi propio microcosmos. Y el profe de redacción no fue. Mala onda. Con todo y que es bien exigente, me gusta mucho su clase porque le aprendo un buen y además me hace reír con sus frases cáusticas. Luego mis amigos me hacían bolita para platicar pero como ando sorda no les entendía nada y ellos terminaban hablando entre ellos. Intenté ponerme a oír el i-pod pero curiosamente me empezaron a desconcentrar y a preguntarme por qué no les hacía caso... ¡carajo! ¿pues no que ya no querían platicarme porque ando sorda? Hay días (o tardes) en los que ni yo me aguanto.

Bueh, hasta aquí de quejas y berrinches...

Hace rato me prestaron un video con la representación de Nevasca, un cuento de Pushkin... ¡hermoso! Y pensar que dicen que los jóvenes (eran puros chavos de no más de 20 años) no sirven sino para estropearle la vida a los demás...

Pregunta capciosa (de mí para mí y de mí para el que me lea): ¿A qué se debe que uno siga con los audífonos puestos mucho tiempo después de haber escuchado una canción o visto un video cuando se está en la compu? ¿A no querer que los demás te mortifiquen? ¿O sólo pura despistez?

Ya me voy, pensaré qué postearles para la frase del vendredi.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Luz Marlén,
Te comparto, de la manera más humilde, este escrito de Jemima Tiemposano, Y como dijo Benedetti: "Uno no siempre hace lo que quiere, pero tiene el derecho, de no hacer lo que no quiere."
Abrazo crispado, pero al fin abrazo te manda,
MM
LA MEMORIA SALVA

Puede que sea un acto de fe,
pero vivir,
por las expresiones que me animan,
por ocuparme de quien yo decida
y por el ímpetu de mi naturaleza,
es justamente eso:
vivir,
-aún con todo lo que implica estar inmersa y próxima a los demás-
con la sazón que doy y recibo.

Soy feliz
por lo que divinamente he andado;
y por favor,
que no se acerque el pesimista
o los de probada calidad moral,
por que no estoy insinuando nada
en lo que puedan cultivar su veneno.

Porque solo es divino aquello que emana amor,
aunque a veces
se disfrace de nostalgia.

Prefiero este acceso de felicidad,
a la diatriba de los mercenarios
que a oscuras
intentan aniquilar la dicha a los dichosos,
y que para nuestra fortuna,
siempre les cae la desgracia
a los desgraciados.

Disculpen que termine aquí el escrito.